jueves, 3 de abril de 2014

ANTE LA INSEGURIDAD ¿NOS ARMAMOS?


Ayer apenas comentábamos con usted que los vecinos de un fraccionamiento, que por razones de seguridad no revelaremos, habían planteado la posibilidad de armarse para que su comité de vigilancia pudiera cumplir con su labor de auto-protegerse ante el crecimiento del pillaje y los robos de los que son víctimas.

Hoy en EL AJUSTE le cuento que…“Jaime” disparó. Él era el único que custodiaba las escaleras de su casa y no iba a permitir que el extraño que merodeaba por su sala llegara hasta donde estaban su esposa y su bebé. Volvió a disparar. El hombre que tenía como blanco acababa de degollar a su perro, había forzado la cerradura, estaba dentro de la casa; físicamente rebasaba a Jaime en peso y estatura, y dos balas no habían logrado detenerlo. Se oyó un tercer disparo.

Jaime pasó 72 horas recluido por homicidio y fue liberado por acción en legítima defensa. El arma que usó la había adquirido un par de meses antes en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y no pensó que a mitad de la noche mataría a un hombre para proteger a su familia. La clave de su defensa fue el Artículo 10 constitucional: “Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio para seguridad y legítima defensa”.

Datos de la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos de la Sedena muestran un alza en la posesión de armas por civiles: de dos millones 33 mil 749 registros en 2009 a tres millones 118 mil 592 en 2012, según la más reciente investigación del académico de la UNAM Ernesto Villanueva titulada Seguridad, armas de fuego y transparencia. El aumento de 53% en tres años se explica, de acuerdo con especialistas, por el incremento de la inseguridad.

“Yo creo que el aumento sí corresponde a la inseguridad”, comenta Villanueva, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas. “Ya estamos viendo, hasta del lado de la gente que no cree en las armas, que ya lo ve como una necesidad. Hasta ese grado de peligrosidad hemos llegado”, dice Cristian Jiménez, dueño de Ludus PMC, empresa dedicada a la instrucción de tiradores defensivos y deportivos. “Esto es por el miedo que tiene la gente a ser víctima de la delincuencia”, coincide Luciano Segurajáuregui, vocero de México Armado, uno de los foros web de habla hispana sobre armas más visitado en el mundo.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi —de diciembre de 2013— indica que 68% de la población considera que vivir en su ciudad es inseguro.  Aunque es un hecho que el número de civiles con registro de posesión de armas ha aumentado, el universo de ciudadanos con armas no reportadas a la Sedena es cinco veces mayor. Generalmente la gente que no registra su arma se dedica a actividades ilícitas. En ese sentido, cálculos internacionales realizados por el instituto de investigación especializada con sede en Suiza, Small Arms Survey, apunta a que los civiles mexicanos armados son 15 millones.

Debate “incendia” la web.- El incremento del interés en la llamada “cultura de las armas” se refleja en internet a través de grupos de discusión, páginas y la creación de imágenes potencialmente virales. “Viendo a Caperucita bien protegida, el lobo clamó por mayor control de armas. Control de armas sólo ayuda a depredadores”, dice la leyenda en la que aparece una niña vestida de rojo, con una sonrisa y un arma larga. “La policía llegará en 20 minutos. El ladrón llegará a ti en 2 segundos”, se lee en otra imagen que muestra a un ciudadano que es atracado en su hogar. “En México ocurren 120 mil violaciones al año, ¿te sientes segura? Mujeres preparadas. Mujeres seguras”, se lee en una más que muestra a una joven apuntando con una pistola.

En otros foros de discusión abierta de noticias se pueden leer comentarios como estos: “Es tiempo de aprender a defendernos sin esperar nada del gobierno”. “Hay que prepararse y estar armado, y así defender legítimamente nuestra integridad”. “Ya debemos estar armados, es un derecho”. “Necesitamos que el gobierno permita el uso y portación de armas”. “Conozco a mucha gente que, en vista de que no hay seguridad, ya se compró su pistola”. En este caso hablamos de comentarios generados a raíz de un reportaje publicado en este diario, el domingo 23 de marzo, sobre la ola de secuestros que vive el país.

La legalidad.- Más allá de las posturas en favor o en contra de la posesión de armas, Cristian Jiménez, dueño de la empresa de instrucción de tiro Ludus PMC, ilustra el problema que se está generando en México. “Usar un arma de fuego no se acaba cuando sacas al malo de tu casa, ese es el principio. Si no estás preparado, tanto físicamente como mentalmente para enfrentar al delincuente, no la vas a librar, y si no estás preparado legalmente para poder enfrentar los hechos que van a derivar de todo eso, entonces no le haces ningún bien a tu familia: o te van a matar o te van a dejar en la cárcel”, comenta. En ese sentido, un dato es inquietante: “80% de las personas que tienen un arma no saben cómo usarla”, afirma Jiménez, quien explica que esto se debe a que la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos no exige que quien posea un arma sepa usarla. “La falta de capacitación es completamente peligrosa y es un vacío legal. La instrucción de armas de fuego debería ser regulada, debería ser un requisito para vender un arma. La instrucción de tiro en México también debería estar regulada”.

Al respecto, Julio Azcarategui, administrador del campo de tiro Las Mesas, en Naucalpan, asegura que efectivamente ha notado interés de civiles por aprender a usar un arma —por si algún día requieren actuar en defensa propia—. El problema, dice, es que la ley no facilita ese entrenamiento, dada la dificultad que se tiene para obtener permisos de traslado [los llamados PETA].

Frente a las carencias básicas de esta ley, Villanueva interpreta que “la propia autoridad ha impedido que haya una educación cívica sobre el uso de armas, porque hemos tenido gobiernos autoritarios que temen que una sociedad que pueda tener armamento, en un momento dado pueda plantear algún uso inadecuado ante la violación de los derechos humanos”.

Segurajáuregui afirma que la ley del 72 restringió las libertades de los mexicanos no sólo en la posesión de armas, sino en la comercialización y manufactura en el país. El móvil de esa ley lo explica por la convulsión de la época: “Había muchas protestas sociales, movimiento del 68, el Jueves de Corpus, el Estado tenía miedo, o a lo mejor sigue teniéndolo, de que sus ciudadanos estuvieran armados”. Estos problemas inherentes a la ley han derivado en el subregistro de armas porque, afirma Segurajáuregui, “esa ley no está hecha para inhibir la delincuencia, sino para fastidiar al ciudadano que legalmente cumple con sus obligaciones”. Y usted ¿qué opina?

¿Compraría usted un arma para proteger a su familia y sus bienes en el hogar? ¿Estaría usted dispuesto a usar el arma en contra de quién irrumpa en su casa a medianoche y sin su permiso? 

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Vaya desde este espacio, favorito de usted, un apretado abrazo a Mario Aguilar Vargas, porque hoy cumple años. ¿Cuántos? La mera verdá no sé, pero le deseo que ojalá y logre llegar a los que hoy parece cumplir. ¡Felicidades!

Así las cosas mejor aquí le paramos, mándenos su opinión. Nos vemos mañana misma hora mismo lugar, mientras tanto llévela suave, pórtese bien, trabaje mucho y sea muy feliz.

 

 

 

 

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