jueves, 12 de agosto de 2010

EL DIF DE BENITO JUÁREZ (primera parte)

Si usted, apreciado por aferrado lector de EL AJUSTE, es de rodada 50 un poco más, un poco menos, entonces recordará que en la época del presidente Adolfo López Mateos, se creó el INPI (Instituto Nacional de Protección a la Infancia) cuyo principal objetivo era, precisamente, proteger a los niños y a las niñas de este país brindándoles atención en todos los sentidos, con asistencia médica gratuita e incluso con los famosos “desayunos escolares” que incluían un cuarto de leche, una fruta, un emparedado de jamón ó de mantequilla de cacahuate y un dulce ó gelatina que todos los chavales recibían en las escuelas antes de comenzar la jornada diaria y que cubrían la falta de alimentación matutina en sus hogares y les brindaba la oportunidad de mejorar su aprovechamiento escolar.


El INPI funcionó tan bien y con tan buenos resultados que el programa de “desayunos escolares” sirvió de ejemplo y modelo que muchos países de centro y Sudamérica e incluso algunos estados vecinos del Norte como Texas, lo adoptaron y lo adaptaron a sus costumbres alimenticias pero sin perder el espíritu original de brindar a la niñez una mejor alimentación para obtener como resultado un mejor desarrollo físico y mental en la edad en que más se necesita.

¡Ahhhh, que tiempos aquellos!

Con el paso del tiempo y con la llegada de los famosos “tecnócratas” al gobierno federal y con el objetivo de “transformar” al país, el INPI se transforma en DIF (Desarrollo Integral para la Familia) y se amplían los programas. Se crean guarderías para los hijos de madres trabajadoras, crece el servicio médico y se incluyen psicólogos especializados en tratamientos para niños y jovencitos con talleres en diversas disciplinas artísticas como recurso para “integrar a la familia”.

En Quintana Roo el DIF ha sido siempre un garante de seguridad, salud, protección y de desarrollo de las aptitudes artísticas y deportivas de miles de niños y niñas que siempre contaron con el apoyo indiscutido de quienes, en su momento, fueron “las primeras damas” quienes, en una sana y benéfica competencia, siempre pugnaron por superar el trabajo realizado por su antecesora.

Alicia Márquez de Martínez Ross, Addy Joaquín, Rosalía Janeti de Borge, Isabel Tenorio de Villanueva y María Rubio de Hendricks siempre gestionaron con brío y pasión ante sus esposos (en el caso de Addy ante su hermano Pedro) gobernadores y obtuvieron los apoyos en gestiones y los recursos necesarios para lograr lo que hoy día es el DIF Quintana Roo.

No es por hacerlas menos, todas cuentan con un bien ganado reconocimiento y agradecimiento por parte de todos los Quintanarroenses nativos y avecindados que en su momento acudieron al DIF en busca de ayuda y la recibieron a manos llenas, pero, en justicia, hay que resaltar el trabajo realizado en el DIF Quintana Roo por Narcedalia Martín de González, la querida “Polly”, quién, además, con los CRIT regados por todo el estado ha logrado imprimir una honda huella en la historia del estado y en la mente de todos lo pequeños que acuden a recibir un tratamiento que les permita integrarse a la sociedad y vivir una vida llena de esperanza e ilusiones que todos los niños tienen.

Es por esto que al conocerse la existencia de una cárcel dentro de las instalaciones del DIF de Benito Juárez, la indignación y el encabr…itamiento de todos llega hasta el tope, ¡como entender para poder explicar tamaña estupidez!

Pero pensándolo bien, tal vez la explicación sea que con Gregorio Sánchez en la Presidencia Municipal y Niurka Sáliva en el DIF de Benito Juárez no debería extrañarnos el encontrar tales abusos.

Tal vez la cubana y toda la caterva de facinerosos paisanos suyos que trajo consigo y los que luego vinieron como “asesores de la presidencia”, le recomendaron, quizás para no olvidar a su Cuba, que para “controlar” a los niños lo más indicado era confinarlos a la fría soledad de una celda.

Una celda tan fría y tan sola como la que ahora habita su marido y que muy pronto también la alojará a ella misma toda vez que ahora tendrá que enfrentar, como debe ser, los cargos de secuestro, privación ilegal de la libertad y la clara violación de los derechos humanos de los menores que estuvieron confinados en su cárcel privada. De la aplicación cabal de la ley se tendrá que encargar don Tirso Esquivel Ávila en su carácter de segundo visitador de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, nada más pero tampoco nada menos ¿no le parece?

No podemos dejar a un lado la responsabilidad de María del Pilar Rello, la directora del DIF municipal, a la que parece que se le olvidó conectar el cerebro antes de abrir la bocota para decir que “esta no es precisamente una celda de castigo, sino que se trata de una habitación que fue habilitada para poner en esos espacios a los niños en casos extremos”.

Las preguntas le caen en cascada ya que ¿Cuáles son esos casos extremos? ¿se le olvidó que los niños son traviesos por naturaleza? ¿pretende corregirlos metiéndolos en una habitación con rejas, sin ventanas y sin baño? ¿ella nunca fue niña y traviesa? Porque tenemos noticias de que hasta ahora de grande sigue siendo bastante “traviesa” y no por eso la van a meter a la cárcel, ¿no cree usted?.



En este asunto todavía “hay mucha tela de donde cortar” así que por hoy vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana con más en EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento, un cuartucho con rejas, sin ventanas y sin baño no es una habitación, es una celda, así que abusado no vaya siendo la de malas porque entonces si que ya la….

No hay comentarios:

Publicar un comentario