martes, 29 de junio de 2010

EL VELORIO Y LA VERGUENZA

¡Justicia, Justicia, Justicia! ¡Que no quede impune como el caso Colosio! Fueron los gritos, durante el homenaje de cuerpo presente realizado esta mañana en el Polyforum Victoria, de más de cinco mil personas quienes acompañaron a los féretros que contenían los restos mortales de Rodolfo Torre Cantú y sus acompañantes que fueran emboscados y asesinados a mansalva la mañana de ayer en una carretera del municipio de Soto la Marina en el norteño Estado de Tamaulipas.

Félix González Canto y Roberto Borge al igual que la gobernadora de Yucatán y sus pares de los estados de Campeche, Veracruz, Oaxaca, Nayarit y los dirigentes nacionales de todos los partidos políticos de este país se unieron a Eugenio Hernández, Gobernador de Tamaulipas, para despedir, entre aplausos, al Doctor Torre Cantú quién era considerado el claro candidato ganador de la gubernatura de su estado en los próximos comicios electorales del domingo venidero.

Lo más grave de todo esto es que mientras las familias afectadas por este aborrecible hecho y con el reclamo de justicia por parte de todo un país, los responsables deben estar riendo satisfechos de haber cumplido con su misión de acabar con los sueños de muchos y con la vida de un hombre bueno cuyo único pecado fue querer ser un buen gobernador de su estado.

Para Ney González, Gobernador de Nayarit, el asesinato de Torre Cantú “no se inscribe en la lucha contra el crimen organizado” y esto sería lo más grave aya que estaríamos hablando de un crimen político, uno más, un crimen que tiene como raíz el poder y las ambiciones políticas de un grupo que vería afectados sus intereses malsanos, tal y como sucediera con el asesinato de Luis Donaldo Colosio que aún espera ser aclarado del todo.



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Y es que, para muchos mexicanos de humilde pero noble cuna, no basta la cara de pesadumbre, la mirada al suelo buscando una palabra adecuada ni la mano en la frente tratando de tapar la vergüenza producto de la incompetencia mostrada por Felipe Calderón ante el avance imparable de la delincuencia organizada que le ha rebasado y subido hasta las barbas sin que pueda evitarlo y lo reconoce cuando, acompañado de su gabinete de seguridad nacional, dice que “Hoy hemos comprobado que el crimen organizado es una amenaza permanente y que debemos cerrar filas para enfrentarlo”. ¿Es ahora cuando pide ayuda? ¿Porqué mejor no pide a su gabinete de seguridad que cumpla con su trabajo? ¿No pueden? ó ¡no quieren!.

No, no basta con las palabras vacías, con las caras largas ante la afrenta recibida, no basta con el llamado a la unidad en contra de los malosos, quién tenga que hacerlo deberá, sin más demora, amarrarse los pantalones y enfrentar en serio, pero de verdad en serio, sin temores, sin complacencias y contemplaciones a este mal que amenaza la estabilidad del Estado Mexicano, hay que acabar con ellos antes de que ellos acaben con nosotros.

Hay que perseguir, alcanzar, detener y someter ante un juez a todos aquellos que quieren ver a este país de rodillas. Nada más, pero tampoco nada menos.



Pero también los hay quienes dicen que no basta con mostrar la mano dura para correr al estúpido, hoy, ex-director de Fonatur, Miguel Gómez Mont Urueta, hermano del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quién, en el palco de México en el Estadio Soccer City de Johannesburgo durante el partido que, lógicamente, México perdió contra Argentina, agredió verbalmente a los familiares del Guille Franco mientras su “hijito lindo”, un labregón de más de veinte años, blandía una silla con la intención clara de agredir y lesionar a la mamá de Cuauhtemoc Blanco por el simple hecho de salir en defensa de los jugadores a quienes este par de “finísimas personas” dedicaban, sin cesar, afectuosos recordatorios maternales.

Este es el verdadero nivel de nuestros funcionarios “de primer nivel” quienes con unas copas de más, no dudan en exhibir, ante las cámaras de televisión de todo el mundo, “su clase” y su presunta “cuna de pañales de seda” cuando en realidad su conducta es de un mamarracho que se ganó, por méritos propios, la tarjeta roja.



Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento, no agreda de palabra y mucho menos a sillazos, no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…

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