Una vez más la naturaleza nos pasa la factura y una vez más nos hemos de lamentar de las consecuencias de nuestro equívoco proceder. Hace algunas semanas enfrentábamos, sin muchas posibilidades de ganar, numerosos incendios a lo largo y ancho de la geografía estatal, unos de ellos, los más, como resultado de la añeja costumbre de la “tumba, roza y quema” de los plantíos y otros, los más peligrosos, los que son provocados en nombre del progreso y la modernidad que la madre naturaleza no entiende.
Cuando todos estábamos a punto de la rendición en la batalla contra los incendios y clamábamos por que llegaran las lluvias que ayudaran a acabar con ellos, la naturaleza nos las envió en exceso y los campos de cultivo pelones y la selva alta y baja devastadas por los incendios, se inundaron como se inundaron las ciudades cuyas alcantarillas, llenas de la basura que tiramos en las calles, sirvieron de muy poco.
En este punto, y hay que mencionarlo, una buena parte de culpa también recae en quienes tienen a su cargo la cartera de “Servicios Públicos Municipales” y que, entre otras responsabilidades, deben mantener un programa permanente de desazolve de pozos de absorción y no esperar a que llegue la temporada de lluvias para hacerlo.
Tomemos por ejemplo el caso de Cancún que cuenta con 3 mil 500 pozos pluviales de los cuales solo se limpiaron 250, menos del 10%, cantidad insuficiente para evitar encharcamientos en las zonas de más tráfico vehicular ocasionando embotellamientos por descomposturas en algunos vehículos que quedaron atrapados en medio de las grandes lagunas que se forman cada vez que llueve.
Pero no solo Cancún tiene este problema, también Chetumal, Carrillo Puerto, Cozumel y Playa del Carmen padecen del mismo mal cada vez que llueve y no cabe aquello de que “mal de muchos, consuelo de pend…” que debería de cambiarse por “mal de muchos, problema de todos” y que todos, en lo que nos corresponda, debemos enfrentar y resolver ya que no solo se trata de inundaciones, también se incluyen los problemas de salud y de cultura. ¿Cómo la ve?
Afortunadamente no vivimos en una zona de cerros como en otros estados en los que las lluvias desgajan cerros, que las llamas dejaron pelones, y vierten toneladas de lodo y grandes rocas que, lamentablemente, sepultaron vidas e ilusiones de muchos mexicanos más jodidos que usted y que yo juntos. Muy triste, ¿verdad?
Lo que sería un desperdicio es que no aprendiéramos de las experiencias de otros, que no cuidemos nuestra selva y nuestros manglares, que sigamos atentando en contra de la naturaleza que, siempre nos cobrará, y cada vez más cara, nuestra osadía. ¿No le parece?
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Aunque se anunció que hoy, en la página web de la Universidad de Quintana Roo, se darían a conocer los resultados de la muy larga sesión de seis horas que sostuvieron ayer los miembros de la H. Junta Directiva, le puedo confirmar que, al menos hasta las 9 de la mañana, aún no había nada en dicha página.
Sin embargo le puedo, gracias a las antenas instaladas en la capital Chetumal, confirmar que la renuncia de José Luis Pech ha sido aceptada y ahora se iniciará el largo proceso de registro, análisis y elección de quién será el nuevo Rector.
Así las cosas y como el día está nublado y chido, como para tirar la hueva, mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero si usted tiene que ir a chambear pos mejor agarre su paraguas y jálele, no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la….
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