El domingo habrá elecciones en 14 estados, incluyendo la elección de
gobernador en Baja California, la misma que marcó, hace 24 años, con el triunfo
entonces del panista Ernesto Ruffo, el
inicio de la alternancia política real en el país que tuvo su punto culminante
con la llegada de Vicente Fox a Los Pinos. ¿Lo recuerda?
Hoy, casi un cuarto de siglo después, esas elecciones parecen depender,
sobre todo, de la maniobra coyuntural del día de las elecciones, por lo cerrado
de las encuestas y porque allí se ha volcado buena parte de la capacidad de
operación de los partidos. Con una diferencia respecto a las cuatro elecciones
pasadas: esta vez para enfrentarse al PRI, los partidos de la oposición van
unidos, aunque allí el muy lopezobradorista PT, sí va aliado con el PRI, lo que
a nadie debe extrañar porque esto de las alianzas entre partidos antaño
enemigos irreconciliables, hoy es práctica común lo que, para muchos, habla de
la decadencia propia del desgaste y falta de credibilidad de los partidos,
hasta hace muy poco, llamados “fuertes”.
Nadie sabe quién ganará Baja Califiornia, tampoco el puerto de Veracruz o
Boca del Río, así como varios municipios de Coahuila, de Tamaulipas donde el
PRI quiere recuperar presencia con candidatos esta vez sí muy locales, de Quintana
Roo pese a que con tantos escándalos en su contra sería sorprendente que el PRD
pueda repetir en Cancún donde su abanderada Graciela Saldaña ha sido muy
cuestionada por su doble discurso ecologista y por su “pariente incómodo”,
muchos de Oaxaca o de Puebla, en la capital del camote el triunfo de Tony Gali estaría asegurado, están en disputa real en
estos comicios.
Lo que sin duda alguna será muy interesante, será ver cómo quedan los equilibrios
entre los partidos después de las elecciones e incluso la correlación de
fuerzas internas de acuerdo con ganadores y perdedores porque es indudable la
tirantez entre los diversos grupos de poder que tratan de imponerse al interior
de algunos partidos y que recientemente han recrudecido sus enfrentamientos.
Pero estas elecciones no serán recordadas por nada de eso: se les recordará por
la violencia contra muchos candidatos locales y por una guerra sucia que
aparentemente ha llegado para quedarse en nuestros comicios. Sin ir más lejos,
ayer José Ricardo Reyes Zamudio,
candidato del Movimiento Ciudadano a la alcaldía de San Dimas, en la sierra de
Durango, fue ultimado a tiros por miembros del crimen organizado convirtiéndose
en el segundo candidato a una alcaldía en Durango en este 2013.
Hoy podemos saber si un candidato tiene o no propiedades, algunas de ellas
aparentemente sobrevaloradas, pero no sabemos cuál va a ser su política de
vivienda o de transparencia. Podemos saber si un coordinador de campaña es gay
y especular si anda en malos pasos o no con menores de edad, pero no sabemos
qué política tendrá ese gobernador en términos de derechos de esa comunidad en
caso de llegar al poder. Podemos saber que algunos roban, otros piden dinero de
salarios de los trabajadores para pagar campañas y los hay que tienen
relaciones impresentables con criminales, pero casi ninguno nos dice cuál es su
verdadero compromiso con la gente, con la seguridad, con sus policías. Hay de
todo: desde cristianos y evangélicos hasta ateos confesos (esos menos), hay
quienes han encomendado sus territorios o candidaturas a Dios o a Jesús, pero
nadie ha hablado qué piensan de la relación entre la Iglesia y el Estado o del
respeto a las leyes. En Quintana Roo, por ejemplo, el obispo Pedro Pablo
Elizondo, tiro por viaje y cada vez que tiene chance, desde el púlpito se mete
en cosas de la política que no son, para nada, de su incumbencia.
Ayer se aventó la puntada de decir que “Sufragar es obligatorio” porque “No
votar es un pecado que perjudica la democracia en nuestro estado.” Pero además
solicitó la intervención de la Virgen de Guadalupe para que las elecciones del
próximo domingo se realicen con responsabilidad, respeto, paz y amor. ¿Cómo la
ve?
-Oye carnalito ¿y no dijo por quién votar?
-Pos no, pero si no te quieres ir al infierno mejor ve a votar el domingo.
Se ha denunciado a muchos, a sus partidos, alcaldes o gobernadores, por
presunto o real mal manejo de los recursos, pero no recuerdo leído en algún
medio de un candidato que haya hablado seriamente del endeudamiento de los
estados y municipios. Todo ello es más lamentable aún porque no se puede
recordar un sólo debate político significativo entre candidatos de los 14
estados, y cientos de municipios, en donde habrá elecciones. Por supuesto que
ha habido lucha política, pero ésta se ha significado, por sobre todas las
cosas, por las agresiones, físicas o publicitarias, sin que haya habido una
real confrontación de ideas y propuestas. Ya hemos visto como “vándalos
profesionales” de esos que por una lana son capaces hasta de pegarle a su mamá,
pintan barbas y bigote en las carteleras de las candidatas y hasta cuernos en
los candidatos si les va bien porque hay a quienes les va peor y llegan hasta
destruir completamente su propaganda.
Es verdad que al ser todas elecciones locales y la enorme mayoría para
congresos estatales y presidencias municipales, la lucha política se libra,
como dirían los operadores electorales, “a ras de tierra” y eso le quita a las
campañas trascendencia nacional o incluso una perspectiva más amplia. Pero
pareciera que en esta ocasión la política ha quedado mucho más lejos aún: se
votará, más que nunca, por personajes y por los personajes menos descalificados
por sus adversarios, lo que ha llevado a todo tipo de alianzas partidarias,
algunas de ellas difícilmente explicables.
-Oye carnalito ¿y será que ganen el gato, el burro o la gallina que son
candidatos? Porque en internet van a la cabeza de las preferencias.
Lo que si hay que lamentar es que sólo en este fin de semana han habido
hechos violentos, con ataques contra candidatos o dirigentes en Oaxaca, contra
una candidata, en un ataque en el que murieron su esposo y su sobrina. Allí fue
asesinado un dirigente estatal del PRD. En Chihuahua, nuevamente en Guadalupe y
Calvo se registraron hechos de violencia. En Sinaloa, en Veracruz, en Quintana
Roo, en Sonora, ha habido ataques a candidatos o dirigentes locales. Hay
municipios en los cuales no todos los partidos han querido registrar candidatos
porque, simplemente, no existe seguridad para ellos y sus campañas. Es verdad
que esa realidad no incluye a todos los municipios ni estados, pero también es
verdad que en ese caldo de cultivo, abonado por la violencia verbal de los
candidatos, se están escenificando las campañas.
Ya habrá tiempo, después del 7 de julio de sacar cuentas y ver quiénes
ganaron y quienes perdieron, cómo quedaron los equilibrios y los virtuales
referéndums federal y locales con base en esos resultados. Pero en estas
campañas una cosa debería quedar en claro: el debate político, el de propuestas
e ideas, ha sido uno de los grandes derrotados tal vez porque los candidatos
son políticos “de nuevo cuño” y no están plenamente convencidos de sus partidos
y no saben si podrán cumplir las promesas de campaña. ¿No le parece?
De todas maneras usted no deje de ir a votar el domingo porque de eso
depende que sigamos igual o que, de verdad, cambiemos para mejorar como ya urge
en Othón P. Blanco, la orgullosa capital de todos que, por ahora, se encuentra
en un profundo bache financiero y de servicios.
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fotitos y puede usted visitar Traning For Warriors, le va a gustar.
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Nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero
ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento recuerde que usted no es
candidato a nada más que quedarse sin chamba si llega tarde así que mejor
¡córrale!
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