Hemos cumplido un primer año del “Peñismo” o, si usted quiere, del “Peñanietismo”. De cualquier manera el primer año de Enrique Peña Nieto al frente del gobierno de este país, reveló que su fuente de poder sigue radicando en la mercadotecnia. Estamos ante una actuación, la de un presidente, para muchos, impuesto por una televisora y que tiene una excesiva carga publicitaria. Como todo actor novato, Peña Nieto comete errores cuando no se aprende bien el guión, ya nos advertía el fantástico Quezada en los 70, la política es el espectáculo de la simulación: “En México la política es el PRI y lo demás es romanticismo”, decía don Abel.
Dicen, los que de esto dicen saber, que la retórica
y demagogia del presidencialismo priista regresó (y no en forma de fichas) con
aquella acartonada y falsa solemnidad, pero la pantalla de humo se cae
sola, estamos en una situación grave, y los datos duros, lo números reales
de economía, pobreza y violencia, son más elocuentes que los discursos de EPN,
esos discursos que habitan un futuro que nadie ve y que ignoran que la
violencia ha dejado de ser una práctica para convertirse en un lugar, en algo
ambiental e ineludible que habitamos con miedo. La economía se desaceleró
bruscamente y los servicios públicos reflejan la terrible corrupción y mal
manejo de sus recursos.
Sí, este primer año de Peña ha sido un año caótico,
de crisis y de impotencia derivada de las añejas costumbres que hacen que el
discurso oficial fuera programático: reformas, planes, objetivos y puras
promesas, otra vez, Peña Nieto hace apuestas que tal vez no pueda pagar y no
por falta de ganas, más bien por los muchos problemas que tiene que enfrentar,
por los muchos dragones que tiene que matar.
Para ser objetivos, de acuerdo con ADN político en
su primer año de gobierno, EPN completó un 14.97% de las 374 promesas que
ofreció llevar a cabo durante su administración, de esos 374 compromisos de
campaña, se encuentran en desarrollo 259 compromisos (69.2%) y sólo 59 (15.8%)
son los que se encuentran sin ningún avance. El problema no es que cumpla
las promesas de campaña, sino qué tan benéficas son éstas para el país.
La economía cayó y el gobierno decidió no usar a
fondo su gasto público. Incluso parece que tuvieran la intención de mostrarnos
lo peor económicamente para usar de pretexto a las reformas estructurales como
panacea de todos los males y decirnos que cuando el gobierno tenga dinero de
nuestros impuestos (Reforma fiscal), con el rescate de las empresas petroleras
(Reforma energética) y la unificación de la liga de la justicia (Pacto por
México), la economía crecerá y todos seremos felices.
El gobierno federal ha gastado, al menos hasta el
momento, 186 millones de pesos en campañas para promover y convencer a
la población de que las reformas educativa y energética que impulsó el
presidente Enrique Peña Nieto son buenas. Los problemas estructurales de México
no serán atendidos con la simple promulgación de un decreto, ni con las
desgastadas declaraciones políticas de buenas intenciones, ni mucho menos con
anuncios en radio y televisión.
El inicio de Peña Nieto estuvo caracterizado por la
gran iniciativa de un pacto por México, un intento por crear una agenda
nacional concordada entre los tres partidos y que el primer semestre dio
resultado. En estos últimos días ese pacto se está resquebrajando debido a que
los partidos comienzan a acusarse de ocultar información, de no seguir con las
promesas que hicieron al firmar el pacto. De tal manera que, si alguna vez
esperamos que los políticos en las cámaras pudieran dialogar las necesidades
estructurales del país, hoy nos damos que, bueno, estábamos soñando.
En un breve mensaje por su primer año de gobierno,
Peña Nieto destacó: “El Gobierno ha hecho de la aprobación de estas reformas la
máxima prioridad durante este primer año de gestión”, dijo.
¿Cómo evaluar el desempeño de este primer año de Gobierno? En un balance sobre el primer año de administración de Enrique Peña Nieto, la economía no se comporta como se anticipó inicialmente, por lo que el país cerrará el año con un crecimiento menor al estimado y con un avance moderado en la inversión y la generación de fuentes de trabajo. La economía se estancó. Apenas crecerá un tercio de lo que creció en 2012: 1.3%, según la Secretaría de Hacienda, muy lejos del 3.5% pronosticado al principio de la administración. En cuanto al desempleo hay más de 2.7 millones de mexicanos en el desempleo absoluto.
En este punto es necesario tomar en cuenta que los
cambios iniciados por peña Nieto no puede, de ninguna manera, arrojar
resultados que, en el corto plazo, deje contentos y conformes a los “grillos”
de siempre, a esos que se dedican a criticar sin aportar y mucho menos a la
población en general que no ve, hasta el momento, ningún beneficio que se
refleje en su bolsillo al tener un trabajo dignamente remunerado.
Hay que tener presente que este apenas es el primer
año del proyecto de país que llevó a Enrique Peña Nieto a la silla más
correteada, más peleada y más incómoda de la República entera. Faltan aún cinco
años y hemos de ver en este su segundo año de administración avance que han de
incomodar a algunos pero que dejarán satisfechos a la mayoría.
No se vaya usted con la finta, no somos “Peñanietistas”
ni soñadores, simple y sencillamente después de doce años de vivir en el limbo azul
con sueños color de rosa, ahora hay que enfrentar la muy cruda realidad que tenemos
como país y aplicar las medidas necesarias para, como dijo Simón Peres,
Presidente de Israel, salir de la medianía y ocupar el lugar que merecemos en
el ámbito mundial. Bien vale la pena
darle el chance a “Quique gavilán” de que demuestre que es capaz de repetir lo
hecho en “Edo- Mex”. ¿No le parece?
***
Como prueba
de que, al menos en el papel vamos bien, en la madrugada de hoy martes y luego
de un impasse de varios horas se reanudó la sesión de las comisiones unidas del
Senado que dictaminan la Reforma Política, la cual fue aprobada en lo general y
en lo particular alrededor de las 3 de la mañana.
De inmediato
el dictamen se turnó al pleno del Senado, que se prevé reanude su sesión
iniciada ayer lunes al mediodía y que tuvo un receso en espera de un acuerdo en
la histórica Reforma Política, la cual incluye el tema de la reelección de
legisladores y alcaldes, además de la desaparición del IFE para dar paso al
Instituto Nacional Electoral.
El Senado de la República |
Sin la
presencia del PRD, las comisiones unidas de Gobernación, Puntos
Constitucionales, Estudios Legislativos y Reforma del Estado, reanudaron su
sesión alrededor de las 2 de la mañana, luego de seis horas de negociaciones en
privado. En menos de una hora, es decir antes de las 3 de esta madrugada, quedó
aprobado en lo general y en lo particular.
Se prevé que
al reanudarse la sesión ordinaria del pleno del Senado, hoy mismo a eso de las
11 de la mañana, se dé primera lectura y de inmediato se concluya dicha sesión
e inicie la correspondiente al martes, para iniciar el debate en el pleno de la
Reforma Política que a pesar de todos los pesares, y de todas las
inconformidades, sigue avanzando.
***
Por hoy
vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana hora y lugar de costumbre cuando
tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor jálele a
su chamba porque ya va tarde y se lo pueden….
No hay comentarios:
Publicar un comentario