jueves, 9 de abril de 2015

¡CHULADA DE CANDIDATO! - ¿SE FUE DAVID? - COMIENZAN LOS GOLPES BAJOS

Sergio Rivera Figueroa, candidato independiente a diputado federal por el distrito 03, protagonizó un escándalo en un taller mecánico, al que se presentó en estado de ebriedad.
El aspirante a legislador fue grabado mientras insulta con palabras altisonantes y reta a golpes a un trabajador del taller, y el video circula en redes sociales.
Testigos que hicieron llegar el material a El Diario de Chihuahua señalaron a la publicación que Rivera Figueroa llegó al sitio a pedir que le permitieran utilizar el sanitario y al salir exigió a los trabajadores que le entregaran su carro cuando, señalan, al comercio llegó a pie.
“¡Quiere su carro! ¡Dice que aquí está su carro!”, narra entre risas una de las personas que se encuentra en el lugar. “Cuál carro, compa, llegaste a pie”, le dice.

En el video se observa a Sergio Rivera desaliñado, con dificultades para hablar y mantener el equilibrio, por lo que en un momento cae en un charco mientras perseguía a uno de los trabajadores, a quien retaba a golpes entre insultos y palabras altisonantes.
Las personas que circularon el video manifestaron que cuando ocurrieron los hechos no sabían quién era la persona que llegó al taller, pero supieron que era un licenciado porque una mujer que llegó por él al lugar así le decía y se lo llevó.
El propio Rivera Figueroa confirmó que es la persona que aparece en el video y reconoció que iba alcoholizado, pero dijo que los hechos ocurrieron hace más de cinco años, cuando realizaba una diligencia en un juicio.
No tenemos ni una semana en campaña algunos “suspirantes” ya andan mostrando el cobre. Ayer le  mostramos al cantante “Tony” Meléndez quién no asistió a su arranque de campaña porque estaba cumpliendo una fecha con su grupo musical, hoy tenemos a este borrachín que en medio de la peda, olvidó dónde dejó su carro
***
Ayer se corrió el “borrego” de que David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y protagonista del ahora famoso “helicoptergate”, habría presentado su renuncia el pasado martes y estaría en espera de que el presidente Enrique Peña Nieto la aceptara, de acuerdo con fuentes de la dependencia.
El área de Comunicación Social de la Conagua no ha respondido para confirmar o desmentir la información, pese a que desde la mañana de ayer se les ha buscado.

El funcionario aún tenía en su agenda un viaje al Foro Mundial del Agua y evaluaciones sobre la iniciativa de la Ley General de Aguas.
La semana pasada, usted seguramente recordará, por redes sociales se divulgaron imágenes del funcionario, cuando, junto con su familia, abordaba un helicóptero de la Conagua para trasladarse al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El propio Korenfeld admitió el hecho y lo calificó como un "error inexcusable”, al tiempo que divulgó una foto de su rodilla lesionada. El argumento de la Conagua del uso de la nave de la familia Korenfeld fue que se trasladaría para una atención médica y que en solidaridad lo acompañaban.
***
Este domingo arrancaron las campañas electorales y los partidos políticos ya están aplicando las estrategias electorales que creen más convenientes. Por supuesto, todas ellas dejan mucho que desear ya que utilizan sus viejas prácticas de descalificación con golpes debajo de la mesa y patadas en salva sea la parte que se han vuelto clásicas en tiempos de campaña.
La mitad de la táctica consiste en mostrar los errores del otro. Por supuesto, esto no tiene nada de malo: en gran medida, la democracia consiste, o al menos debería consistir, en la mutua vigilancia, aunque, por supuesto hay de modos a modos de actuar y reaccionar.
El bombardeo de spots está ya en todo su esplendor con la respectiva baja en la calidad de las programaciones que, de por sí, no son las más brillantes. Uno del PAN resulta verdaderamente llamativo, aquel en el que un joven responde “es una chin…” cuando se le pregunta qué opina sobre los relojes de más de 2 millones pesos que luciera el presidente del PRI, César Camacho.

En entrevista para Atando Cabos, el priista en cuestión declaró: “Nosotros hemos querido ser propositivos, pero es muy difícil mantenerse al margen cuando hay actitudes calumniosas como las que manejaron los panistas en sus primeros spots y está presentado un recurso ante el INE que esperemos tome medidas cautelares en las siguientes hora, porque A QUIÉN DEBO DARLE EXPLICACIÓN SOBRE EL DESTINO DE MIS RECURSOS, ES A MI FAMILIA

Piensa que dar el salto del precio de sus relojes a la implicación de que ha cometido actos de corrupción es una estrategia falaz e ilegal: “Si hago tal o cual cosa con mis ingresos, esa es una cosa que a mí atañe. Vincularlo con cuestiones de corrupción, no solamente es calumnioso, sino absolutamente malintencionado”
El PRI ha interpuesto el esperado recurso ante el INE. Camacho afirmó tener elementos suficientes para suponer que el caso será resuelto en su favor en poco tiempo. “Lamentablemente no se puede quedar de brazos cruzados un partido, que otro que no tiene ninguna autoridad para hacer ese tipo de señalamientos pretende distraer la atención pública, cada quién, hablo en términos de conducta personal, es responsable de sus actos y cada quién responderá en la medida que jurídicamente proceda”
la actitud de Camacho, para muchos, es un excelente pretexto para ilustrar el doble juego de legitimidad en el que deben moverse los políticos. Se trata de un arte en el que los poderosos mexicanos se mueven de manera más torpe que un niño de preescolar en festival de primavera, son, como diría “Don Teofilito”, tan finos como elefante furioso en cristalería.



Por un lado, al dirigente del PRI yo le concedo razón cuando señala que existen órganos e instancias jurídicas especializadas en las que recae la responsabilidad de determinar si se cometieron o no actos de corrupción que explicaran el precio de sus relojes. También tiene razón cuando afirma que el PAN no tiene ningún derecho a implicar que se cometieron delitos mientras no exhiba las pruebas adecuadas ante los tribunales y ante la ciudadanía.
Pero por otro lado, se equivoca profundamente cuando afirma que a quién debe darle explicación sobre el destino de sus recursos es a su familia. El argumento es tan obvio que cuesta creer que deba explicarse: no son las instancias jurídicas las que asistirán a las urnas en junio, sino los ciudadanos.
El doble juego de la legitimidad consiste en moverse con sabiduría, tacto y categoría entre los mínimos y los máximos. Lo menos que puede y debe hacer un actor político es respetar la ley. Ello lo libra de ser un criminal. Lo máximo, por supuesto, es lograr una imagen confiable ante los ciudadanos. Esta es la vara alta que debe poder brincar para que su partido merezca un voto. Lo sabemos, en el caso mexicano no estamos muy cerca de ganar medalla olímpica en este deporte.
Hay, sin embargo, un segundo juego en el que los ciudadanos somos pieza central, uno en el que los políticos parecen ser muy buenos y nosotros no tanto. Se trata de la acción y reacción ante los estímulos durante las contiendas electorales. Una de las preguntas que debemos hacernos es si éstas son realmente las campañas que merecemos. ¿En verdad lo único que tienen para ofrecernos son acusaciones mutuas?, ¿En verdad es la única carta de presentación que exigiremos? ¿En verdad tenemos los políticos que merecemos?

Por hoy vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana hora y lugar de costumbre cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS mientras tanto llévela suave, pórtese bien, disfrute sus últimos días de vacaciones (si las tuvo) y sea feliz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario