jueves, 26 de agosto de 2010

LOS NINI

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda entre los jóvenes y los no tanto, la palabra NINI como expresión utilizada para referirse a aquellos que NI estudian, NI trabajan, “es un NINI” dicen.

Ser NINI tiene más ventajas que desventajas, he aquí algunas para que usted, apreciado por aferrado lector de EL AJUSTE, ajuste también su apreciación de esta nueva raza de cab..alleritos que nos ha invadido y amenaza con expandirse, como toda moda, con todo lo que esto representa, los NINI ya llegaron y, ahí le van:



1. Un nini nunca llegará tarde al trabajo.

2. A un nini no deberá importarle reprobar materias.

3. El nini nunca se preocupará por que le depositen las quincenas.

4. El nini no va a la escuela en apoyo a la educación; le deja su lugar a un joven que sí quiere estudiar.

5. El nini no deseará el trabajo de su prójimo.

6. El nini sí podrá desear la mujer del prójimo que se ausenta de su casa para ir a trabajar.

7. Para un nini se considerará de pésimo gusto leer el aviso oportuno y las guías de estudio para entrar al CCH o a la UNAM.

8. El nini sólo podrá estudiar para ver cómo evadir el trabajo y ver cómo evitar el estudio.

9. El nini amará la apatía y la escasez de oportunidades por sobre todas las cosas.

10. Un nini nunca sufre bullying en la escuela



El primer NINI mexicano de que se tiene registro fue el conocido futbolista Prudencio “El Pajarito” Cortés, quién en la década de los 70´S fuera portero de las, entonces, “cremas” del América. Resulta ser que durante un clásico Chivas-América se armó, como se estilaba en esa época, la “rebambaramba” ó sea, la bronca, la moquetiza, los ma..mporros y Prudencio fue quién más repartió entre los tapatíos, lo que le valió la expulsión y el bautizo a cargo del cronista deportivo Don Fernando Marcos quién narraba el partido y que, luego de ver la alegría con la que Prudencio repartía moquetes, lo marcó como el NINI ya que NI era “pajarito” porque no sabía cantar, NI mucho menos fue Cortés con sus oponentes futboleros a los que surtió “bien y bonito”.

Desde luego que antes de prudencio ya había otra estirpe de “ninis”, lo que pasa es que antes la vida era otra, como que más romántica, más fácil y entonces el ser nini era “normal”, era como una etapa por la que todos teníamos, obligadamente, que pasar mientras la paciencia en casa se agotaba hasta llegar el momento de escuchar….. ¡“que vas a hacer de tu vida muchacho, ya deja de huevonear y ponte a hacer algo, carajo”!

De esa época le traigo dos testimonios dos, que confirman que ser NINI era, es y seguirá siendo chido:



TACHO:

Cuando las puertas del empleo se cierran con tres candados y la escuela puede esperar para aprobar las asignaturas pendientes, se abre el camino para transitar por la vida como una criatura que ni estudia ni trabaja. Después de que clausuraron un suplemento de monitos donde dibujaba una tira que se llamaba El ciudadano Zivo, me quedé colgado del tintero y la plumilla. A partir de ese momento salí del closet nini. Sin trabajo ni interés por absorber cualquier connato de conocimiento constructivo, descubrí el abanico de posibilidades que ofrece vivir instalado en la campechana mental.

Gracias a la distensión psicológica que ofrece el ninismo, (no en balde, la palabra es muy parecida al nihilismo) pude realizar un ejercicio de autoconocimiento, que empezó por asumirme como un reverendo huevón. Me daba gustos mundanos con la beca de mi padre y los apoyos de mi madre. Estaba convencido de que vivía en estado pupa. Esperaba una metamorfosis que me llevara a renacer para reconstruirme como un ciudadano remasterizado. Aproveché ese estatus para intentar cursar materias en la escuela de la vida como el gorroneo en varias presentaciones, convertirme en el amo del Playstation e iniciarme en

el terreno de la grilla estéril.

Sin embargo, en el ninifondo se libraba una lucha libre entre los argumentos para vivir en calidad de rémora con capacidades diferentes y buscar trabajo. La pelea podía durar hasta que el infinito se quedara sin estrellas. Lamentablemente, mi chava de aquellos días exorcisó mi nini y me puso a trabajar para cambiar los encantadores puestos lamineros de a pie por restaurantes con aire acondicionado.

JUAN ALBERTO VÁZQUEZ:

Levantarse a medio día cuando progenitores y fraternos trabajan duro por el dinero. Buscar en la radio un set interesante, y si no aparece poner a prueba la resistencia de las bocinas paternas con algún disco propio. Almorzar copiosamente y como desempance leer el libro que sea. Dejar pasar el tiempo y aguardar a que a la cotidianidad urbana le lleguen sus horas lúdicas. Luego salir a buscar a alguien del gremio nini con el cual urdir una fuga de la realidad con métodos y sustancias, legales o no.

Al amparo de la noche, filosofar sobre temas diversos como harían socráticos, paripatéticos, sofistas, estoicos o pitagóricos. ¿En qué momento de la Revolución Industrial la dialéctica devino delito? ¿Qué hay de malo en extender una etapa tan bonita como son las vacaciones y esperar a que éstas ya no sean tan divertidas? Aunque lo duden los detractores, después de un tiempo cualquiera llega a extrañar la escuela y el trabajo. Mientras tanto, a un nini con suerte nunca le faltaran fiestas y oportunidades de relacionarse con el sexo opuesto o el propio.

Cualquiera que tuvo su etapa nini seguro que la recuerda con romántica nostalgia. Amigos ninis de hoy: disfruten esta época irrepetible y no dejen que la presión pública y mediática convierta el privilegio en tragedia. Basta con ser un poco cínicos para ignorar los llamados del insaciable monstruo llamado establishment que nunca deja de tragar.

Si usted tiene la fortuna de tener en casa a un NINI, déjelo ser, no lo presione, recuerde que nada es para siempre, pero si ya lo tiene hasta la m…dre, entonces recuerde que aunque sea el “fruto de sus entrañas” muchas veces también estos frutos requieren de una buena patada en el trasero para echarse a volar, ¿no le parece?



Por hoy vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos otro número más de EL AJUSTE DE CUENTOS mientras tanto ya no le haga usted más al cuento, no vaya siendo la de malas y de pronto se convierta en NINI porque entonces sí que ya la…

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