Aunque la situación financiera en algunas Universidades de este país está para llorar, no queremos que usted que nos hace el favor de leernos vierta sus lágrimas, así que este será el último capítulo de este difícil trance por el que dichas instituciones atraviesan, es un poco largo pero vale la pena llegar hasta el final, así que…¡ahí les va!.
Porque resulta ser que Adrián Acosta, investigador de la Universidad de Guadalajara, galardonado con el premio Andrés Bello por su trabajo Príncipes, Burócratas y Gerentes, afirma que el esquema de financiamiento que se ensayó a finales de los años 90 y que se consolidó en la primera década del presente siglo provocó que las instituciones tuvieran un presupuesto mínimo, que en ocasiones se planteó en reducción; mientras que los 18 fondos extraordinarios generados para compensar rezagos y tratar de atender los déficit, sólo provocaron que las que estaban atrasadas no lograran remontar los enormes rezagos que tenían.
En ésta década, agrega, los rectores se convirtieron en grandes gestores y gerentes de la instituciones debido a que por un lado el gobierno federal presentó siempre un presupuesto menor al que garantizó la operación de las instituciones.
Por ello el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, dijo hace unos meses que entre 2001- 2010, la Cámara de Diputados tuvo que resarcir más de 41 mil millones de pesos adicionales al presupuesto de la institución.
Pero esa nueva forma de negociación con el presupuesto, al incorporar a legisladores y gobernadores, ha provocado “escenarios de tensión” con los rectores, advierte Roberto Rodríguez Gómez, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El rector de la Universidad de Guadalajara, Marco Antonio Cortés Guardado, acusa al gobierno estatal de llevar a la institución “al límite con su actitud de hostigamiento y negarse a entregar los 701 millones de pesos que la institución concurso y negoció ante la Secretaría de Educación Pública”, lo que revela que el gobernador de Jalisco además de ser revoltoso, también es gandalla.
La falta de esos recursos, señala Cortés Guardado, está a punto de “desestabilizar” a la universidad y provocar un déficit de 600 millones de pesos para cubrir el pago de pensiones y jubilaciones, en tanto que la nómina también se vería afectada al cierre del año. A través del Consejo General Universitario, también se acusó que el gobierno federal disminuyó en los últimos lustros la proporción de sus aportaciones de 52% a 44 % del total del subsidio ordinario.
Esta situación que ha llevado a los jóvenes, académicos e investigadores a realizar 35 marchas en aquella entidad tiene como pago “una bofetada a la institución que ha respondido a las demandas por mejorar la calidad y la atención a los jóvenes”, dice el rector Cortés Guardado.
Además califica a ésta como una situación “social de riesgo” porque los 30 mil jóvenes que solicitaron su ingreso “pueden ver frustrados sus aspiraciones educativas” y entonces se le estaría jalando la cola a un peligroso tigre que nadie quiere despertar ¿no le parece?
La misma “tensión” la viven las universidades en Morelos, en Durango y Baja California Sur por la difícil relación que tienen con los gobiernos locales.
Mientras en Morelos se está solicitando la entrega de 103 millones de pesos que adeuda el gobierno estatal al presupuesto ordinario y para construcción de infraestructura, y advierte que su situación deficitaria es de 107 millones de pesos, lo cual complicará el cierre de pagos para este año; las universidades de Durango y Baja California Sur, enfrentaron la intervención de los gobernadores para destituir a los rectores electos por los universitarios con lo que estaría violando la autonomía Universitaria.
Aunque en su conjunto los rectores reconocieron el respaldo desde la SEP para ampliar la cobertura de educación superior, en poco más de un millón en la década; y se han creado 75 nuevas universidades, todos coincidieron en la insuficiencia de lo alcanzado.
Alejandro Márquez, investigador de la dirección general de Evaluación Institucional de la máxima casas de estudios, “se necesita un plan de rescate ya que de lo contrario prevalecerá el “síndrome del quemado”, es decir, se continuará con un sistema universitario sin energía y con desgano”
Adrián Acosta, quien recibió el Premio ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) en 2009 por sus estudios sobre las condiciones de gobierno de las universidades públicas, asegura que a los tres temas de financiamiento que son “políticamente explosivos, que se recrudecieron ésta década y hace que tengamos universidades con enormes rezagos, verdaderas bombas de tiempo”, ahora se suma ahora el tema de la violencia que “está generando un entorno muy ominoso, particularmente la de Ciudad Juárez”, Chihuahua.
Desde hace seis meses, en Ciudad Juárez, Chihuahua, los universitarios se sienten “agraviados” por la violencia que cobró hasta ahora la vida de 14 alumnos —incluido el de semana pasada cuando se realizaba una marcha en protesta por la inseguridad— y tres de maestros, además de los que han resultado heridos en diferentes hechos sin que haya “un avance o información que nos permita suponer que se resolverán”, afirma el rector Javier Sánchez Carlos.
Si bien señala que la universidad ha realizado las reformas estructurales que hoy garantizan la viabilidad financiera en el largo plazo (2031) sobre el tema de pensiones y jubilaciones, en los últimos años se han tenido que generar, vía venta de investigación, asesorías o cuotas a estudiantes, 15 millones de pesos por año para redoblar la seguridad de los planteles y de los propios universitarios.
“Considero que el gobierno federal debe aumentar su atención al sistema social del país”, destaca, para generar, en el caso de la educación superior, las oportunidades de desarrollo para los jóvenes. En el último año, cita Sánchez Carlos, la institución sólo pudo dar un lugar a seis de cada 10 jóvenes que solicitaron un lugar dentro de las licenciaturas.
Pero es la inseguridad lo que ha provocado que en esa institución esté latente un problema mayor ya que el rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, afirma que “si no se logra en el mediano plazo abrir más oportunidades educativas, los problemas sociales se agudizarán. Debemos darles mayores oportunidades a los jóvenes, no sólo en el plano educativo, sino también en el social”, puntualizó.
Este es el panorama actual de las Universidades más importantes, por su matrícula, en este país y solo nos queda esperar que la joven Universidad de Quintana Roo tenga la capacidad y el talento necesarios para evitar caer en el “desastre financiero” que hoy día enfrentan sus “hermanas”, ¿está usted de acuerdo?
Por otra parte déjeme decirle que todo parece indicar que el caso de “El Castillo del Mar” naufragará en el mar de las complicidades y las turbias influencias toda vez que Julio César Mantera Zamudio conocido en el bajo mundo como “El Zamudio” ó “El Cerrajero” fue puesto en libertad ya que no fue acusado por su evidente delito de “delincuencia organizada” lo que le permitió, “viento en popa a toda vela”, alcanzar la libertad luego de pasar tan solo dos meses en la cárcel aunque participó activamente, como parte del grupo criminal de “Los Sureños”, en el cruel asesinato de ocho personas cuando incendiaron el mencionado bar.
¿Qué no habrá quién meta el orden en la PGJE? ¿tendrá algo que decir Francisco Alor Quesada?
Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento, recuerde que más vale un buen conecte en la procu que un millón de pesos en la bolsa, pero mientras junta su millón de pesos mejor pórtese bien, no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…..
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