Las antenas instaladas por EL AJUSTE en la capital
del país nos reportan que luego de dos meses de plantón y marchas de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) los comerciantes
establecidos en las zonas del Centro Histórico y el Corredor Reforma, en el DF,
han perdido dinero, tiempo y han logrado irritar a los trabajadores y
automovilistas que circulan por las
inmediaciones donde se llevan a cabo las masivas protestas. Sin embargo, hay un
sector que sí ha obtenido beneficios económicos.
En medio del campamento del Zócalo, desalojado el
13 de septiembre, y ahora en el plantón de la Plaza de la República, cuya zona
fue recuperada por el GDF con una inversión de 200 millones de pesos como parte
de los festejos del Centenario de la Revolución y Bicentenario de la
Independencia de México, hay cientos de comerciantes que se instalan a diario y
que tienen un mercado cautivo entre los manifestantes de la CNTE y de quienes
se suman a sus protestas.
No sólo se trata de puestos que venden alimentos o
artículos de primera necesidad, sino que también hay los que exhiben perfumes,
quienes ofrecen servicios de, aunque usted no lo crea, hackeo de redes
telefónicas y de cómputo, los que venden objetos de lujo como navajas suizas o
binoculares, además hay quienes ofrecen ropa confeccionada en comunidades
indígenas.
El campamento de la CNTE, que abarca desde el cruce
de avenida de la República con Paseo de la Reforma y hasta Insurgentes, que se
ha convertido en una sucursal del barrio de Tepito, hay toda una gama de
prendas de vestir, como ropa interior (calzones, calcetines, biquinis), zapatos
deportivos, cachuchas, accesorios para teléfonos celulares, camisetas
deportivas, trenes de juguete y aparatos de sonido también se pueden ver
utensilios para ejercitar el cuerpo (ligas, pesas, coderas, rodilleras,
rodillos, etcétera), y artículos de ornato como flores de plástico.
Pero eso no es todo ya
que ahí mismo, entre el plantón,
incluso fue montada una ducha en la avenida de la República, con una especie de
biombo forrado con plásticos amarillos. Hay botes de agua que es calentada con resistencias
eléctricas. Entrar a bañarse cuesta 20 pesos y se llega a ver una gran fila de
personas ansiosas de ingresar a esa regadera pública para el aseo personal.
En el plantón todo se vende. Los botellones de agua
para beber cuestan 15 pesos. Los tacos de carnitas 10 pesos. Los elotes cocidos
o asados en carbón, 10 pesos. Cinturones, 50 pesos. Refrescos con limón y sal,
15 pesos. Mezcales artesanales, entre 50 y 100 pesos. Las manifestaciones son
seguidas por un ejército de vendedores que usan triciclos o carritos de
supermercado para ofrecer desde refrescos hasta discos compactos con películas
o discursos de sus mítines. En carros y triciclos llevan anafres de carbón para
calentar esquites, preparar enchiladas, calentar café, incluso para preparar tacos
de suadero, longaniza y tripa.
A la par de ellos, quienes también se benefician de
las manifestaciones y el caos vial son los bicitaxistas que cobran por
traslados hasta más de cien pesos. A los ciudadanos afectados no les queda de
otra que usar ese medio de transporte para acercarse a sus destinos. Esta
imagen ya es cotidiana y no hay fecha para que esta postal desaparezca. ¡Viva
México, chulada de país!
Lo grave todo esto es que alrededor de un centenar de negocios establecidos
que se han visto afectados por las movilizaciones de la Coordinadora Nacional
de los Trabajadores de la Educación (CNTE) y sus propietarios se han acercado a
la Secretaría de Desarrollo Económico para iniciar trámites por un crédito
blando, un seguro de desempleo por seis meses o para arrancar el proceso de
condonación de impuestos (a nómina y predial).
***
En Cancún no podemos
quedarnos atrás, aquí también la vendimia en la Av. Bonampak es cosa de todos
los días. Y es que los “maistros” en paro son excelentes consumidores de toda
clase de fritangas y es por esto que hasta ahí llegan a ofertarles panuchos,
salbutes, kibis y una gran variedad de tacos. Los hay de carnitas, de carne
asada, de cochinita, de lechón, de longaniza, de pescado y de casi todo. Para
que los tacos “resbalen” se ofrece agua de horchata, limón, tamarindo, Jamaica
y para los muuuy cuates sol y superior en vaso o en jarrito de barro. ¿Cómo la
ve?
***
Ya que estamos en
Cancún no puede usted perderse la crónica, que hoy hacen todos los periódicos,
de los sucesos de ayer al mediodía cuando un grupo de maestros, aparentemente
invitados a dialogar con el, muuuy tierno, Presidente Municipal, Paul Carrillo,
fueron desalojados del Palacio Municipal de Benito Juárez por la fuerza pública
que repartió guamazos al por mayor.
Desde anoche, en los
noticieros de la tele, se mostraron imágenes del despelote que se armó y hoy,
seguramente, los comentarios al respecto estarán de rechupete para los muy
severos analistas de las cosas de la violencia en la política en su capítulo “cuando
se agota el diálogo en la política y aparecen los desalojos con la fuerza
pública, los empujones y macanazos”. No se lo puede perder porque, al parecer,
los “maistros” ya colmaron a las autoridades y ahora tendrán que aguantar las
consecuencias de sus desmanes.
¿Qué porqué apareció
el oscuro viejito cagalitroso y amarillo Julio César Lara en el centro de esta
estúpida, ridícula e innecesaria batalla campal contra los municipales que
tenían la obligación de hacer su trabajo y resguardar el Palacio Municipal? ¿Es
su mano la que movió esta violenta cuna? ¿No lo van a jalar para que explique
su presencia en el despelote? ¿y Sergio Flores? ¿y Antonio Meckler?
Para ver estamos que
es lo que van a hacer con este trío de pelafustanes porque no se les puede
tolerar ni mucho menos perdonar el que hayan tirado la piedra y escondido la
sucia mano.
***
Por hoy vamos
dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE
CUENTOS, ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento y ¡ya váyase a trabajar!
¿no le parece? recuerde que usted no es “maistro” y si tiene que chambear y no
quiere dar mal ejemplo a sus hijos ¿o si?
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