EL ÚLTIMO Y NOS VAMOS

Si usted es rodada 40, 50 o más, seguramente recordará que el día del informe del Presidente de la República en turno era un día de fiesta, era “El Día del Presidente”. Ese día la clase política, el pueblo todo y los medios de comunicación hacían todo lo posible, todo lo que estuviera a su alcance para que la fiesta presidencial saliera a todo dar, impecable y sin tropiezos.


Si usted le cuenta a los chavos de hoy, menores de 30 años, que durante la lectura del “Informe de lo realizado, de los logros alcanzados durante el año anterior y del estado que guarda la República hasta el día de hoy” ante el Congreso y la nación entera los aplausos interrumpían una y otra vez al Presidente y las porras en reconocimiento a su labor en beneficio de todos se escuchaban en prolongada seguidilla, seguramente no se lo van a creer.

Antes de que el Presidente saliera de Los Pinos para dirigirse a Palacio Nacional a colocarse la banda presidencial, los medios de comunicación acudían a la residencia oficial a recoger las impresiones de su familia, a preguntar como había pasado la noche el Presidente, a que hora se levantó, si desayunó huevos rancheros o a la mexicana, con o sin frijolitos o chilaquiles o ambos.

Luego el primer mandatario se dirigía a Palacio a colocarse la banda presidencial y abordaba un lujoso, pero algo veterano, Mercedes Benz convertible negro desde el que saludaba a la gente que salía a su paso para desearle “la mejor de las suertes” antes de rendir su informe a la nación.

Al término del evento que millones de mexicanos seguíamos por la tele o por la radio, los pormenores del informe de gobierno el Presidente emprendía el viaje, mucho más lento, de regreso a Palacio Nacional y la gente le aplaudía y desde la alturas de los vetustos edificios del ahora conocido como el Centro Histórico llovían millones de papelitos tricolores que le ponían el colorido de una verdadera fiesta “a la mexicana” porque, al fin de cuentas, eso era el día del Informe Presidencial.

A su llegada a Palacio le esperaban todos los miembros de su gabinete, embajadores, invitados especiales y, como siempre, los numerosos “colados” que formaban una muy larga cola para tomar parte del tradicional y acostumbrado “besa manos”, para, aunque sea por unos segundos, estrechar la mano del Presidente y para tomarse la foto que, colgada en la pared de su casa u oficina, luego presumirían entre sus cuates.

Desde luego que los analistas políticos y los politólogos de café, se pasaban horas desmenuzando el informe y tratando de descubrir el mensaje “oculto” en el lenguaje corporal y en la mirada del Presidente, por donde venía la jugada pero sobre todo, a quién iba dirigido. Lo mismo sucedía con los informes de gobierno estatales.

Ahhhh ¡que tiempos aquellos!. Hoy, desafortunadamente y para evadir las manifestaciones de protesta, el Presidente de la República no rinde su informe, lo manda con un mensajero y luego, en “petit comité”, arma su propia fiesta en la que los aplausos y los elogios desmedidos están garantizados.

Hoy día los informes presidenciales son la oportunidad, la puerta que se abre para dar paso a las manifestaciones de inconformidad de algunos sectores que, por una y mil razones, no ven cumplidos sus caprichos. Hoy los que forman el grupo llamado #Yo Soy132 se plantaron a las afueras de la Cámara de Diputados para lanzar ruidosas consignas como “seis años de mentiras, de simulación, corrupción, complicidad y de un Estado de excepción que nos han impuesto”.

Unos gritaban que “Ha sido un sexenio lleno de hambre, exclusión, desinformación, desigualdad, enfermedad, despojo, represión y muerte” otros recordaban a Gandhi cuando decían que “Si una ley es injusta, lo mejor es desobedecerla” tratando, con ello, justificar su conducta fuera de la ley y que afecta a la mayoría que nada tiene que ver con su proceder y con sus exigencia fuera de lugar. Otros gritaron que “Mientras no haya justicia pa´l pueblo, que no haya paz para el gobierno” y otros más advertían que “La sumisión es la muerte. Peña Nieto no es ni será presidente” ¿Qué le parece?



Luego de que la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, presentara su último informe de gobierno, ahora lo que sigue son los informes de, César Duarte en Chihuahua, Eruviel Ávila del Estado de México, Francisco Olvera de Hidalgo, Marco Antonio Adame de Morelos, Juan Sabines de Chiapas, Egidio Torre Cantú de Tamaulipas, Rodrigo Medina de Nuevo León, Javier Duarte de Veracruz, Miguel Alonso Reyes de Zacatecas, Guillermo Padres de Sonora y, desde luego Roberto Borge de Quintana Roo han de dar a conocer los logros alcanzados durante el pasado año de su gestión porque de los fracasos ni hablar.

En algunos Estados como el de México, Quintana Roo, Tamaulipas, será el primero que rindan sus gobernadores mientras que en Chiapas y Morelos será el último y, según los enterados, no se esperan grandes cosas.



Por otra parte le cuento que Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial del Movimiento Progresista, aseguró que se alejará de la política en el momento en que el país “sea de todos y no de 30 potentados”.

“Atento aviso: Me voy a retirar cuando la patria sea de todos, no de 30 potentados. Cuando hagamos realidad el bello ideal de la justicia”, escribió, hace unos días, el político tabasqueño en su cuenta de Twitter.

El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal convocó el pasado viernes a sus seguidores a asistir el domingo 9 de septiembre a “hacer bola” en el Zócalo capitalino, para definir las acciones a seguir en su lucha contra el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que dio como ganador a Enrique Peña Nieto, de la coalición Compromiso por México dejando con ello, y por segunda vez consecutiva, con un palmo de narices al tabasqueño.

Hoy hemos de lamentar la ausencia física de Sigfrido Paz Paredes Camacho quien falleciera el pasado viernes pero que se quedará por siempre en el recuerdo de todos ya que el canal que se encuentra bajando el carril de subida a la zona hotelera lleva su nombre y en el que vivirá a partir de hoy y para siempre. Este será el mejor homenaje a uno de los más destacados pioneros que lograron que el sueño llamado Cancún se convirtiera en bella realidad.

Vaya desde este espacio un fraternal y solidario a Solvei deseándole que muy pronto encuentre el consuelo y la resignación de haber perdido a su padre que ha partido a ocupar su lugar a la diestra de quién TODO lo puede y desde donde, seguramente, le seguirá cuidando.



Por hoy vamos dejándolo aquí, nos vemos mañana cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento y ¡ya váyase a trabajar! ¿no le parece? no vaya siendo la de malas y le toque pegar el grito por no tener chamba porque entonces sí que ya la….