Una vez más la ley en el paraíso, ha sido burlada, en esta ocasión fue un extranjero quién puso en tela de juicio a nuestras autoridades cuando le permitieron quedar bajo custodia de su consulado y este le permitió regresar a su país aún sin contar con su pasaporte.
Usted recordará todo el numerito montado en torno a la muerte, por asesinato, de la brasileña Mónica Burgos a manos, presumiblemente, de su esposo Bruce Beresford-Redman, conocido productor de reality shows en los Estados Unidos, hecho que llamó la atención de todos los que esperábamos, por las evidencias encontradas, que ahora sí, se aplicara la ley en contra de quién, desde un principio, figuraba como principal sospechoso, su esposo.
El manejo inadecuado de este caso permitió que este gabacho, sujeto a investigación, pudiera burlar a la justicia mexicana y regresar a su país donde no tiene ningún problema toda vez que ahí no ha cometido ningún delito por el que pudiera ser detenido.
Si bien es cierto que la Procuraduría de Justicia del Estado no podía girar una orden de aprehensión en su contra porque las investigaciones aún estaban en curso y todavía no era, legalmente, señalado como culpable, también es cierto que se le debía arraigar hasta que estas investigaciones concluyeran y se determinara, con toda claridad, su inocencia o culpabilidad.
Bruce debió permanecer en la cárcel de Cancún en tanto las investigaciones no concluyeran y no permitir que su consulado tuviera su custodia ya que es sospechoso de cometer un crimen en México y debía estar bajo custodia las autoridades judiciales mexicanas y no de su consulado que no tiene porqué interferir en un caso que compete únicamente a la justicia mexicana.
De nada sirvió quitarle su pasaporte, este delincuente de marras solo necesitó presentar su licencia de conducir en la frontera para escuchar un cariñoso ¡Welcome to your Country my friend! y a otra cosa mariposa este asunto está arreglado
Nuevamente se pone en entredicho la capacidad de la Procuraduría de Justicia a la hora de aplicar la ley y vuelve a aparecer el fantasma de la corrupción y la impunidad que, al parecer, han sentado sus reales en la Procuraduría sin que nadie pueda hacer algo por ponerle fin a esta situación.
De nada sirve cambiar de nombres en la dirección si no se cambia la dirección de las acciones, puede llamarse Pereira, Rodríguez y Carrillo ó Alor quién esté a cargo, la cosa sigue igual y eso, me va usted a disculpar bastante, está cañón. ¿no le parece?
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Ojalá que no se tomen tanto tiempo como en el caso de Paulette para llegar a la misma conclusión de que “fue un lamentable accidente” el que provocó la muerte de Mónica y por lo tanto no hay culpable porque no hay delito que perseguir y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Sería muy triste que se llegara a considerar al paraíso como un destino de sol, playa e impunidad para cometer toda clase de delitos, incluyendo al homicidio. Quién tenga que hacerlo deberá, sin más demora, ponerle fin a esta clase de sucesos que no podemos permitir que se repitan, ¡hay demasiadas cosas en juego!
Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos en el próximo número de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento y no se meta en broncas no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…..
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