lunes, 17 de mayo de 2010

EL JEFE DIEGO, YUCATÁN YA NO ES AZUL

No podemos dejar pasar la que, hasta hoy, es la noticia del año y esta es la repentina desaparición de Diego Fernández de Ceballos, mejor conocido como “El Jefe Diego”, desde el pasado viernes por la noche cuando llegaba a su rancho “La Cabaña” en el estado de Querétaro.


Para la Procuraduría General de la República (PGR) Fernández de Ceballos solamente es considerado como “desaparecido” toda vez que, hasta hoy, no hay indicios de que haya sido víctima de un “levantón” ó sea, de un secuestro y mucho menos que haya sido asesinado.

Sea como fuere su desaparición ha causado un gran impacto entre la grey política de este país y, en pocas horas, la noticia ha dado la vuelta al mundo ya que la bien ganada fama del “El Jefe Diego” es harto conocida más allá de nuestras fronteras.

Y es que Fernández de Ceballos ha construido esta fama sobre las bases de la rivalidad política, los negocios malogrados, los despojos de algunas propiedades que se le atribuyen, su enorme fortuna e incluso su polémica relación con algunos narcotraficantes a los que ha defendido su bufete, y si a esto le agregamos su carácter broncudo y su sabida cercanía con Carlos Salinas de Gortari, abren un gran abanico de posibilidades ya que puede haber sido víctima de algún cártel del narcotráfico, de alguna organización guerrillera ó de alguna banda de secuestradores que con esta acción estarían pasando a formar parte de la historia negra de este país llevándose, de paso, una buena tajada de su cuantiosa fortuna e, incluso, no se descarta la posibilidad de un desquite político.

Es quizás por este amplio menú de posibilidades que la autoridad insiste en la “desaparición” no atentado ni mucho menos secuestro e, incluso, se menciona que pudiera ser que se trate de algún problema personal del Queretano ya que, se menciona, tiene “mucha cola” que le pisen.

Esta hipótesis se refuerza cuando se recuerda que hace algunos años ya hubieron amagos de golpes cuando fue acusado, por el grupo de Calderón, de tráfico de influencias y corrupción. Es más, se asegura que durante una reunión privada en 1996, Diego puso en duda la hombría de Carlos Castillo Peraza, quién estaba por ceder el liderazgo del PAN a su más destacado pupilo político, Felipe Calderón, quién, furioso, habría retado a golpes a Diego por insinuar una profunda relación sentimental con su maestro. ¿Cómo la ve?

Sin embargo en 2006 Calderón le pidió su ayuda para cabildear a su favor ante el Tribunal Federal Electoral luego de las polémicas elecciones presidenciales de ese año.

Al interior de su azul partido, Diego Fernández de Ceballos también tuvo sus roces con Vicente Fox cuando este era candidato a gobernador de Guanajuato y lo tachó de traidor por acordar con Carlos Salinas el interinato a favor de Carlos Medina Plascencia ¿lo recuerda?.

Pero también está en la memoria el que Diego aprovechara su poder político para litigar a favor de intereses privados aún y cuando, muchas veces, estos intereses fueran en perjuicio del Estado, baste recordar que no le importó sumergirse en el lodo para defender a Gerardo de Prevoisin, a la familia Ramos Millán, a la empresa Jugos Del Monte ó a coludirse con Carlos Ahumada y Carlos Salinas para lanzar misiles, sin éxito, en contra de Andrés Manuel López Obrador.

En las altas esferas del poder es bien sabido que “cuando tengas algún problema grueso, busca a Diego, él te lo resuelve, es muy caro pero efectivo” aunque, se sabe también, que pide grandes cantidades de dinero “para comenzar a analizar tu caso..” y estos análisis suelen tomarse demasiado tiempo y la sangría resulta cuantiosa.

Es así que esta ave de tempestades vive ahora, en carne propia, la incertidumbre y el temor que muchos de sus clientes han sufrido cuando han encomendado su suerte a este “abogado del Diablo” que, existe la posibilidad, ni encomendándose a todos los inscritos en el santoral de la iglesia católica (que con su gestión, en la reforma constitucional, alcanzó mayores derechos políticos) puedan salvarlo de una fatalidad.



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Aunque usted, apreciado por aferrado, lector de El Ajuste ya lo ha de saber, permítame referir el contundente triunfo de la tricolor Angélica Araujo en las elecciones para gobernador, en este caso gobernadora, de Yucatán que pone fin a 20 años de mandato azul en la tierra del faisán y del venado.

Muchos son los que atribuyen este triunfo tricolor a Patricio Patrón Laviada a quién consideran responsable del rotundo fracaso de su azul partido en esta elección que incluye a los 108 municipios del estado en los que también se esperan los mismos resultados.

Este descalabro confirma que los yucatecos ya estaban hartos de las corruptelas, prepotencia, abusos de autoridad, falta de desarrollo social y urbano y de que “los amigos de Patricio” hayan convertido el Ayuntamiento de Mérida en una empresa al servicio de sus muy particulares intereses. Ahora les toca pagar la factura de su insensatez y su gran codicia que afectó a quienes se comprometieron a servir desde el poder que solo les sirvió para servirse.

En resumen, el perdió dos veces: a Diego y a Mérida


Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos en el próximo número de EL AJUSTE DE CUENTOS, mientras tanto y por favor ya no le haga usted más al cuento, ya vio lo que les pasó a los azules de Yucatán y no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la….

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