Desde hace algunos días negros barruntos de tormenta se ciernen sobre la cabeza de Gloria Magaña Castillo, delegada de la Procuraduría Agraria en Quintana Roo, y es que se le acusa de recibir “regalitos” para favorecer a particulares lo que es considerado por el Código Penal Federal como cohecho lo cual, de hecho, es un delito y de ahí la bronca.
En el artículo 222 del mencionado código se asienta, y cito textualmente, que comete delito de cohecho: I.- “El servidor público que por sí, o por interpósita persona solicite o reciba indebidamente para sí o para otro, dinero o cualquier dádiva, o acepte una promesa, para hacer o dejar de hacer algo justo o injusto relacionado con sus funciones”.
II.- “El que de manera espontánea dé u ofrezca dinero o cualquier dádiva a alguna de las personas que se mencionan en la fracción anterior, para que cualquier servidor público haga u omita un acto justo o injusto relacionado con sus funciones”.
Desde luego que el Código Penal Federal contempla severas sanciones a aquellos funcionarios que incurran en el delito de cohecho y menciona que: “Cuando la cantidad o el valor de la dádiva, promesa o prestación exceda de quinientas veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito, se impondrán de dos a catorce años de prisión, de trescientos a mil días de multa y destitución e inhabilitación de dos a catorce años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos”
Pero además dice claramente que: “En ningún caso se devolverá a los responsables del delito de cohecho, el dinero o dádivas entregadas, las mismas se aplicarán en beneficio del Estado”
La cosa se pone macabrona en el momento en que a doña Gloria se le rascan sus antecedentes y se encuentra que en la época en que fue empleada del Registro Agrario Nacional, estuvo sujeta a un procedimiento administrativo y recibió una amonestación pública que figura en el expediente R-20/2007 de la Secretaría de la Función Pública porque a doña Gloria “se le pasó” ó simplemente ignoró, para el caso es lo mismo, pero incumplió con la obligación de todo funcionario público de presentar su declaración patrimonial lo que motivó el que le tocaran las golondrinas en el RAN.
Dicen que “gallina que come huevo….jamás su rama endereza” y es que esta gallina ya comió del huevo del cohecho y los casos de corrupción cometidos en la Procuraduría Agraria, denunciados ante la Secretaría de la Contraloría del Estado, demuestran que esta muy torcida rama no tuvo, nunca, la intención de enderezarse ya que, ahora como delegada en Quintana Roo de la mentada Procuraduría Agraria, aceptó de muy buena gana la camionetota Honda GRV con placas del Estado UVU-8204 de manos del “humilde campesino” Juan Carlos Briceño González por los favores recibidos y con la que muy oronda se pasea por la capital, Chetumal.
En este punto hemos de precisar que el “buen” Juan Carlos Briceño, es, nada más pero tampoco nada menos que, el abogado, mano derecha y principal operador de Alfonso “El Mosco” Pereira ¿le suena el nombre?.
Desde luego que las voces en contra ya se dejan escuchar y para Salvador Pérez Hernández, secretario de asuntos ganaderos de la Confederación Nacional Campesina, doña Gloria “ha perdido la confianza de los campesinos por su sospechosa relación con “la mafia agraria”, sin embargo, si nada debe, no debe esconderse y sí dar la cara para aclarar el uso que hace de la camioneta que no es propiedad de la dependencia donde labora”. Tómala.
Por su parte a José Trinidad Alcocer Bravo, presidente de la Canirac, le salió lo más bravo cuando dice que “a Gloria se le debe aplicar, con mano firme, todo el peso de la ley, tiene que ser retirada de la Procuraduría Agraria porque con la permanencia de esta delegada federal sólo se deja el patrimonio de los ejidatarios a merced de especuladores” ¿Cómo la ve?.
A estas alturas del partido ya no hay quién pare esta bola de nieve que día con día va creciendo y que amenaza con sepultar las ambiciones de doña Gloria además de que la pone a las puertas de la fría soledad de una celda desde la que, seguramente, verá como sus “amigos” a los que favoreció, la borran de la lista de regalos de navidad por muchos años.
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Ya que hablamos de la Secretaría de la Función Pública, le cuento que se ha detectado un “presunto” fraude por más de 13 millones de dólares contra PMI Comercio Internacional, filial de Petróleos Mexicanos aparentemente cometido por la subdirectora de Destilados Intermedios de la paraestatal, María Karen Miyasaki Hara.
Se le acusa por enriquecimiento ilícito (que no inexplicable) y de administración fraudulenta ya que se detectó que hizo, cuando menos,
cuatro turbias operaciones de compra venta de combustible a nombre de PMI (Petróleos Mexicanos Internacional) en las cuales también estaría involucrado su esposo, Max Miles Beckett.
Que lejos están aquellos días en los que se creía que las mujeres serían mejores funcionarias y administradoras públicas que los varones ya que eran incorruptibles y siempre habían demostrado ser buenas administradoras de la economía familiar.
-Oiga compa y ¿Qué chingaos hacen en Pemex la tal Karen Miyasaki Hara y Max Miles Beckett? Una tiene apedillos japoneses y su marido apedillos gabachos, total para robarle a PEMEX no hace falta importar ratas, aquí tenemos y muchas ¿le recuerdo algunas?.
-Tal vez otro día porque hoy ya se nos acabó el espacio.
-Uuuuuta, para eso me gustaba compa.
Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, no vaya siendo que nos acusen de robarle su tiempo con EL AJUSTE DE CUENTOS, le recomiendo que no se meta usted en broncas de tierritas ni de combustible no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…
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