martes, 17 de diciembre de 2013

LA SEGUNDA MITAD - LA DEUDA DE JULIÁN


Estamos ya en la segunda mitad del último mes de 2013, ya comenzaron las posadas, la navidad está a tiro de piedra, las cartas a Santa Clós ya están a los pies del árbol navideño y las notas en las que solemos apuntar nuestros buenos deseos para el año venidero han comenzado a aparecer.

En ellas solemos anotar las cosas más insólitas y difíciles de cumplir como propósitos del año que está a punto de iniciarse. “Ahora sí voy a hacer la dieta como debe ser”, “Voy a dejar de fumar”, “Ni un trago más”, “Voy a dejar de tirarle el perro a mi secre”, “Voy a hacer todo lo posible por soportar a la metiche de mi suegra” son algunas de las más frecuentes y por lo mismo las memos cumplidas.

Hay otras que, por raro que le parezca, también suelen figurar como por ejemplo “Ahora sí, este año me voy a buscar una chamba”, cuando quién hace la promesa también hace ya mucho tiempo que no da un golpe y todos sus cuates lo conocen y por eso  mismo no le dan trabajo y buscarle por otro lado “da mucha hueva”.  

Sin embargo el simple hecho de escribir un propósito para realizar en el año próximo ya es algo, ahora solo falta tener la intención, el deseo y las ganas de cumplirlo. Aquí es donde encaja aquello de “prometer hasta meter y una vez metido, al carajo lo prometido” ¿No le parece?

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También es la época de los regalos, de dar y recibir, de derrochar lo poco o mucho que uno pueda tener y hasta lo que no, la época en la que uno gasta y gasta sin medida “total pa´eso está el monte de piedad”, total, es la época del endeudamiento que nos pondrá, en Enero,  a tronarnos los dedos a la hora de pagar las tarjetas y de ya no soportar que del banco nos llamen a toda hora para cobrarnos.

Pero por más que usted gaste durante estas fiestas decembrinas no podrá, ni queriendo, gastarse, desaparecer, esfumar ni en veinte años, los mil 999 millones de pesos que Julián Ricalde Magaña se gastó o dejó de deuda, hasta ahora descubierta, en Benito Juárez.

Los hay quienes en su defensa argumentan que esa lana no se la llevó Julián y yo les concedo razón, pero donde si no tiene chance de zafarse es en la parte en la que él mismo, como responsable de la administración municipal, autorizó o supo y no evitó, los desvíos que ahora son deuda y que, de alguna manera, hay que pagar.

A los empleados del Ayuntamiento   durante su gestión les prestó y no les cobró la friolera de 11.8 millones de pesos, quedó a deber 63 millones de pesos por recoja de basura, al IMSS de quedó a deber 20.6 millones, al Infonavit 16 millones, retuvo y no pagó 88 millones de ISR de sueldos y salarios, tampoco pagó finiquitos por 2 millones. A todo lo anterior habrá que sumarle 107 millones por demandas laborales que aún se encuentran en proceso y sin se le suma la deuda a proveedores entonces tenemos que Juliancito quedó a deber 667.5 millones de pesos que aunque devaluados y pinches, son muchos pesos.

Lo anterior no suma los mil 999 millones que le platicábamos al principio, pero si usted se da una vueltecita por cualquiera de los periódicos que circulan hoy, podrá enterarse a detalle porque en todos, bueno, en casi todos, es la “primera de primeras”.

Con el encabr…itamiento a todo lo que da, mejor aquí le paramos, nos vemos mañana hora y lugar de costumbre cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ya no le haga usted más al cuento porque si anoche se fue de posada, hoy tiene que ir a trabajar y ya se le está haciendo tarde así que mejor ¡jálele! Abur.

 

 

 

 

 

 

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