Seguramente usted ha oído, en los últimos días, de la bronca en la que están metidos dos generalotes por andar de mañosos y en malas compañías.
Hoy le cuento que para extender las investigaciones contra el general de División Diplomado de Estado Mayor en retiro y ex sub-secretario de la Defensa Nacional, Tomás Ángeles Dauahare y el general Brigadier, en activo, Roberto Dawe González, por tener nexos con el crimen organizado, el Juez Primero Federal Penal Especializado en Cateos, Arraigos e Intervención de Comunicaciones, la medida cautelar de arraigo por 40 días contra los dos militares.
La medida cautelar se dictó por tener el sustento legal para que se extienda la investigación por delitos de delincuencia organizada, dentro de la Averiguación Previa PGR/SIEDO/UEIDCS/112/2010, iniciada en marzo con antecedentes en otras indagatorias de 2009, entre cuyas evidencias están los testimonios de varias personas procesadas, entre estas, algunos militares que confirman que los dos están metidos hasta las orejas con los malosos del cártel de los Beltrán Leyva.
Entre los testimoniales con los que cuenta la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), están las declaraciones directas de un testigo protegido vinculado con Alfredo Beltrán Leyva, alias el “Mochomo”.
Aquí lo grave del caso es que la imagen del Ejército Mexicano es ahora muy cuestionada por la detención esta semana de estos dos generales por presuntos nexos con el narcotráfico. El general de división en retiro Tomás Ángeles, de 69 años de edad y considerado como un cercano colaborador del Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván es, hasta hoy, el militar de más alto rango y con información privilegiada, detenido por sus nexos con la delincuencia organizada.
Ambos fueron interrogados por la SIEDO y ayer la PGR informó a través de un comunicado que había obtenido la medida cautelar de arraigo para ambos durante 40 días sin tener que presentar cargos formales en su contra.
En dicho documento se reveló que ambos forman parte de una "investigación por delitos de delincuencia organizada (...) iniciada en marzo con antecedentes en otras indagatorias de 2009, entre cuyas evidencias están los testimonios de varias personas procesadas, entre estas, figuran algunos militares".
Para el también ex-general de división y ex-diputado federal Luis Garfias, la detención de Ángeles es un asunto "penoso", que "lastima la dignidad del Ejército".
Con Ángeles y Dawe, desde 1997 suman al menos siete los generales del Ejército mexicano que han sido investigados por presuntos nexos con el narcotráfico y sólo uno de ellos ha sido exonerado de los cargos.
Pero espérese tantito porque ahí le va otra ya que ayer mismo fue detenido, por elementos del ejército a petición de la PGR, otro general, se trata de Ricardo Escorcia Vargas, retirado del servicio activo desde el pasado 16 de Abril de 2010 al cumplir la edad límite.
Según el reporte de la PGR la dependencia había solicitado una orden de localización y presentación del general Escorcia y se espera que hoy mismo salga a la luz más información al respecto por parte de la PGR porque la Secretaría de la Defensa Nacional se reservó el proporcionar información “con la finalidad de evitar incurrir en responsabilidades legales así como entorpecer las indagatorias que realiza la Procuraduría General de la República”. ¡Chulada de generales!
No es posible entender para poder explicar el hecho de que mientras los efectivos del ejército se rompan la madre y arriesguen el pellejo correteando a estos cab..alleros de malas mañas, este par de generalotes sinvergüenzas le hagan al cuento y se llenen los bolsillos cubriendo sus fechorías y poniendo en riesgo la vida de sus subalternos y poniendo, además, en riesgo el prestigio de nuestras fuerzas armadas. Me va usted a tener que disculpar bastante pero esas ¡son chingaderas! ¿no le parece?
Pero si lo anterior le parece a usted indignante permítame decirle que lo que le voy a contar ahora le parecerá, seguramente, además ridículo porque resulta ser que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, presidida por Raúl Plascencia Villanueva, expresó su total rechazo a la pena de muerte a la que fueron sentenciados los hermanos José Regino, Luis y Simón González Villarreal, por un tribunal de Kuala Lumpur, Malasia como le contamos en EL AJUSTE de ayer. Este Organismo constitucional autónomo ha reiterado su repudio a la pena de muerte ya que se trata de la sanción más grave que atenta contra la dignidad humana, con carácter irreversible, de imposible reparación y cuya aplicación propicia injusticias.
¿Entonces para don Raúl Plascencia el que este trío de “finísimas personas” se dediquen a fabricar metanfetaminas que envenenan y matan niños y jóvenes por todo el mundo merece perdón? Ellos sabían perfectamente bien en que se estaban metiendo y los riesgos que corrían si eran detenidos, no nos vengan ahora con el cuento de que fueron hasta Malasia a buscar chamba como barrenderos de bodegas cuando ni siquiera conocen el idioma. Además si son expertos en barrido pos se hubieran quedado en su país a barrer, cuando menos, las calles que en muchas ciudades están para llorar. Así estarían en su país y más cerca de su familia que Malasia. ¿Cómo la ve?
Sin embargo la dependencia considera necesario que se intensifiquen las acciones orientadas a evitar la pena de muerte y que se salvaguarden los derechos a la vida, a la dignidad y a la integridad corporal de todas las personas, bajo cualquier circunstancia. El doctor Plascencia envió a su homólogo, Sr. Tan Sri Hasmy Agam, presidente de la Comisión de los Derechos Humanos de Malasia (SUHAKAM), una solicitud de apoyo en colaboración para que actúe en defensa de los ciudadanos mexicanos.
Este Organismo nacional mantiene firme su exigencia para que los mexicanos sentenciados en el extranjero reciban asistencia consular y jurídica; y también analiza los pronunciamientos correspondientes para que, en los casos que proceda, se les conmute esta pena por la de prisión.
Y es aquí donde “la mula tumbó a Genaro” y seguramente también tumbará a los tres “hermanitos de la caridad” porque en los países de Asia se aplica a rajatabla la ley y, en este caso, no solo a los ciudadanos malayos, también a los extranjeros con los que suelen ser implacables porque no permiten que nadie venga de lejos a violar la ley y salir impune porque sería un mal ejemplo para los malayos y eso no lo pueden permitir. Punto y se acabó. ¿Qué le parece?.
Así las cosas mejor vamos dejándolo aquí, nos vemos el lunes cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora y por favor ¡ya váyase a trabajar! para que el fin de semana pueda irse a reventar sin cargo de conciencia pero cuídese, no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…
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