martes, 23 de febrero de 2016

TREMENDO REGALO - BETITO

En el ejercicio de esta noble labor de tenerle a usted informado uno se topa, más seguido de lo que uno se espera, con situaciones difíciles de creer pero luego se nos olvida y lo creemos todo, máxime si se trata de algo que ha ocurrido en nuestro hermoso país que, aunque tenga forma de cuerno de la abundancia y que parezca que nunca se va a acabar, lo cierto es que todavía hay quienes piensan lo contrario e insisten.
Esto que hoy le voy a contar no es cuento, es, en verdad, la pura verdad, la neta como dicen por ahí los que por ahí suelen decir. La investigación no es de este su servidor, es un trabajo del magnífico columnista Ricardo Alemán que El Universal publicó el pasado domingo y hoy se la compartimos con la recomendación de que la lea hasta el final, está muy buena y ahí le va.
La historia parece sacada de un cuento de García Márquez.
Y es que gracias a una posible componenda entre autoridades federales y los gobiernos de Quintana Roo y Yucatán, y por artes nada claras, le regalaron 156 hectáreas de tierra propiedad de la nación a un joven de sólo 26 años de edad. El regalo incluye, casi en su totalidad, al municipio de Ucú, en Yucatán.
Pero por pura casualidad, el joven potentado es hermano del Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno de Quintana Roo, quién, a su vez, es el mejor amigo del gobernador de esa entidad y el principal impulsor del precandidato del PRI a Quintana Roo.
¿Le entendieron? Va la historia.
El regalo. Mientras que muchos se tragaron el escándalo engañabobos del predio Tajamar, en Cancún, pocos saben que a lo largo de 2015, y siempre de manera silenciosa, se produjo la adjudicación “legal” de 630 predios que suman 154 hectáreas, al joven Manuel Alberto Guillermo Molina, de sólo 26 años quién no pagó un solo centavo por esa fabulosa cantidad de tierra que, como pueden imaginar los mal pensados, es ideal para hacer el negocio de la vida.
¿Quién es Manuel Alberto Guillermo Molina? Una búsqueda elemental en la prensa yucateca lo muestra como parte de la “alta sociedad” de la península, pero sin mayores pretensiones. No se sabe que sea empresario, comerciante, estudioso y, más bien, parece un nini de clase adinerada.
Y es que de acuerdo a una investigación del portal electrónico del Instituto de Seguridad Jurídica Patrimonial de Yucatán (INSEJUPY) se detectó la “adjudicación” de los poco más de 630 predios, que en total suman 154 hectáreas, entregados al “comerciante”, como se le describe en los oficios, Guillermo Molina.
En los múltiples archivos de la Dirección del Registro Público de la Propiedad y del Comercio del Estado de Yucatán, en los que figura el nombre de Manuel Alberto Guillermo Molina, se describe que la documentación de los predios fue otorgada por el Registro Agrario Nacional (RAN) expedida por el delegado federal José Luis Santos Ramírez y comenzaron en febrero de 2015, el día 26 para ser precisos, justo  cuando Guillermo Molina tenía 26 años. Sin embargo aparece que el acta de la Asamblea de Adjudicación fue fechada en mayo de 2013.
Los documentos detallan que Guillermo Molina recibió la adjudicación a título gratuito para adquirir la propiedad plenamente, a pesar de que como propietario anterior aparecen los Estados Unidos Mexicanos, representados por el ciudadano Enrique Peña Nieto.
La gran mayoría de los terrenos se ubican en la localidad Ulila, municipio de Ucú, así como en la localidad de Komchén, municipio de Mérida. Para dimensionar la magnitud de las tierras, basta decir que Ucú cuenta con una superficie de 192.9 kilómetros cuadrados. Es decir, que la adjudicación abarca casi el municipio completo de Ucú. (Todos los documentos se pueden consultar en letraroja.com.mx)
Es curioso que antes de la adjudicación, en enero de 2013, y cuando el joven maravilla apenas contaba con 23 años, Manuel Alberto protocolizó un acuerdo de compra-venta con la particular Adriana Evangelina Cámara Bolio (sic) representada por Karlo Sergio Erosa Monsreal (sic). Específicamente los predios ubicados en la localidad de Tixcuytún, con folio electrónico 1057776, 1091135, 1091136, 10991137 y 1091138 con un valor catastral de 316 mil 260 pesos cada uno.
Así mismo los oficios dan cuenta de otras operaciones, como la división de “tablaje catastral” ubicado en Komchén con número 29550 y folio 966655 en una veintena de propiedades las cuales comparte con Pedro Enrique Góngora Urcelay de, entonces, 25 años.
Relaciones peligrosas. Hasta aquí las “irregularidades administrativas” presentadas por la Dirección del Registro Público de la Propiedad y del Comercio parecen propias de un manoseo legal digno de un puñado de pillos con suerte, como el “joven comerciante” egresado de la Universidad Anáhuac del Mayab.
Lo cierto, sin embargo, es que la adjudicación de esa fortuna en tierra debió contar con el auxilio de autoridades federales y estatales, sobre todo si a Manuel Alberto no se le conocen empresas o negocios directos con el gobierno de Yucatán.
Pero luego de una larga búsqueda apareció el peine. Resulta que el joven Manuel Alberto Guillermo Molina es hermano de Juan Pablo Guillermo Molina, titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) en el gobierno de Roberto Borge Angulo, mandatario estatal de Quintana Roo.
Como se sabe Roberto Borge Angulo se ha opuesto a que el CEN del PRI de Manlio Fabio Beltrones desine al candidato del PRI al gobierno de Quintana Roo. Y el conflicto es, precisamente, porque el gobernador Borge intenta imponer a su delfín José Luis Toledo Medina apodado Chanito.
Pero el tema se vuelve aún más interesante si recordamos que Juan Pablo Guillermo Molina, Secretario de Finanzas de Borge hasta mediados de 2015, renunció al cargo para apoyar como pre-candidato al gobierno estatal al diputado federal por Quintana Roo, José Luis Toledo Medina, Chanito, durante su campaña. Se dice que en agosto, una vez que haya concluido la campaña para renovar el gobierno estatal, regresaría al puesto de Secretario de Finanzas.
Juan Pablo Guillermo Molina es conocido también por ser uno de los hombres más cercanos a Borge. Y no es casual el permiso especial para abandonar el cargo y apoyar al famoso Chanito. Lo cierto es que Chanito tampoco tiene segura la candidatura. ¿Por qué? Porque José Luis Toledo Medina ha sido exhibido como originario de Yucatán, no de Quintana Roo.
A su vez, Juan Pablo Guillermo Molina es impulsado por el gobernador Borge como precandidato a la alcaldía de Benito Juárez, el rico municipio donde se localiza Cancún, la meca del turismo de playa en todo el mundo.
Lo anterior es solo un ejemplo de la rapiña que acompaña a los gobiernos estatales y que solapan los partidos y los gobernadores.
¿A poco el gobernador Borge no sabe nada del fabuloso negocio familiar de su ex Secretario de Finanzas? ¿Es un negocio en el que solo participa el exsecretario de Finanzas o también el gobernador Borge? ¿Nada sabe del negocio el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata?
La depredación como sello de la casa en los gobiernos del PRI.
Al tiempo.
Hasta aquí la columna de Ricardo Alemán. Solo nos queda conocer la opinión de usted, apreciado por aferrado, lector de EL AJUSTE.
***
¿Le gustó la anterior? Pos ahora ahí le va otra. Esta es de Roberto Zamarripa que en su columna Tolvanera publicada ayer, 22 de Febrero, en Reforma dice…
La postulación de Carlos Joaquín como candidato de una coalición opositora es algo más que una separación de un militante del tricolor que toma las filas del contrario.
Carlos Joaquín González es el primer candidato opositor al PRI surgido de las filas del gobierno federal, del gabinete de Enrique Peña. Nada más y nada menos.
Subsecretario federal de Turismo y aspirante por tanto a la Secretaría del ramo, no relevó a Claudia Ruiz Massieu cuando ella pasó a la Cancillería porque ambicionaba (ambiciona) la gubernatura de Quintana Roo. La Subsecretaría de Turismo es una plaza apartada. Ha correspondido tradicionalmente a algún político quintanarroense. Puede ser también la Secretaría. De hecho hace 25 años fue secretario de Turismo su medio hermano Pedro Joaquín Coldwell.
Los Joaquín configuran una dinastía política y un poderoso grupo económico. Pedro Joaquín fue el gobernador más joven de Quintana Roo, electo apenas a los 30 años de edad. Su padre, Nassim Joaquín Ibarra, se convirtió en uno de los hombres más poderosos del entonces territorio quintanarroense.
Addy Joaquín, hermana de Pedro, iba a ser gobernadora de Quintana Roo. Todo estaba definido a su favor. Sucedería en el cargo a Mario Villanueva quien ya estaba en el ojo del huracán indagado por sus nexos con el narcotráfico. El entonces gobernador quería heredar a Jorge Polanco, uno de los suyos, pero no pudo. Lo que sí logró fue, con un arrebato, quitarle la candidatura a Addy. La citó una tarde en el hangar del estado y ahí le dio la noticia: no serás tú. A Addy Joaquín casi le da el infarto. Al día siguiente los taxistas que por órdenes superiores habían colocado anuncios con la fotografía de Addy como candidata cambiaron la propaganda: el nuevo candidato era Joaquín Hendricks. Fue la última afrenta de Villanueva contra el presidente Zedillo.
Roberto Borge, conocido por los suyos como Betito, es sobrino del ex gobernador Miguel Borge quien gobernara la entidad entre 1987 y 1993, sucediendo justamente a Pedro Joaquín. Betito llegó a la gubernatura con la anuencia de su predecesor Félix González, un muchacho que se había hecho del cargo en una elección cuestionada que ganó por mínima diferencia a Juan Ignacio García Zalvidea, candidato opositor por el PRD.
Ganar Quintana Roo ya no es fácil para el PRI. De hecho, hace un lustro, para que Borge triunfara, se montó un proceso penal que llevó a la cárcel a Greg Sánchez, candidato perredista al que acusaron de narcotráfico. Ahora Greg está libre pero Borge ganó porque ya no tenía rival. E impuso un gobierno sui generis. Inventó el acarreo en redes sociales y sustituyó las matracas de los mítines por los denominados bots y trolls. Su tribuna cibernética fue pagada con recursos públicos. En el estilo despótico persiguió a opositores; encarceló a disidentes; concentró decisiones políticas. Atacó a medios de comunicación; clonó portadas de revistas que le criticaban. Bajo el gobierno de Roberto Borge la deuda pública de la entidad pasó de 10 mil millones de pesos en 2011 a 22 mil millones en 2015. Los quintanarroenses deben, gracias a Betito gobernador, 15 mil pesos por cabeza. Ese endeudamiento no se traduce en obra pública visible; en escuelas dignas; en calles pavimentadas, barrios renovados, con servicios. El delegado de Sedesol, por ejemplo, quien es el hombre de confianza de Borge, casi su clon, Fabián Vallado, opera políticamente para la capilla de su jefe y usa los recursos federales contra la pobreza en operaciones para destrozar adversarios. Sedesol federal le consiente la ilegalidad a pesar de las innumerables pruebas públicas en su contra.
Bajo el gobierno de Borge se quebró el Estado de derecho en Quintana Roo. Lo saben inversionistas, comerciantes, políticos, periodistas y los quintanarroenses de a pie.
El PRI nacional ha visto emerger un problema mayúsculo. Solaparon desde el centro un gobierno abusivo, que fortalecía su poder con persecuciones y vetos a disidentes. Ahora lamentan los estropicios. De vetos a Betitos para el pesar de los quintanarroenses.
¡Uffff, uf y recontra ufff! ¿Qué le parece? Así es como nos ven desde el centro del país dos destacados periodistas enterados de lo que sucede a lo largo y ancho del país y que por algo colaboran en dos prestigiados periódicos nacionales.
Así las cosas mejor aquí le paramos, nos vemos mañana, hora y lugar de costumbre cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora, y por favor, ya no le haga usted más al cuento y ¡ya váyase a trabajar! ¿no le parece? no vaya siendo la de malas porque entonces sí que ya la…..
 

 




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