lunes, 26 de agosto de 2013

OSORIO CHONG ADVIERTE - CÉSAR CAMACHO APOYA - PASCAL BELTRÁN DICE


Luego de una semana en la que los “maestros” de la CNTE en verdad mostraron el cobre afectando con sus bloqueos, del pasado viernes, a miles de personas que nada tienen que ver con sus dementes demandas y que obligaron a viajeros, nacionales y extranjeros, a caminar más de un kilómetro para llegar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, capital de todos los mexicanos que fue secuestrada por unos cuantos inadaptados que se dicen maestros y que no enseñan nada más que la muy pobre educación que tienen.

Hoy, en EL AJUSTE, le cuento El titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, advirtió a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que “somos tolerantes, pero también hay límites. Habremos de actuar cuando esto rebase a momentos en los que el diálogo ya no sirva (...) Lo que lastima a terceros no puede ser admitido”.
Después de afirmar que no habrá marcha atrás en la reforma educativa, el funcionario dijo que aquellos que piensen que la impunidad va a ser la divisa en cuanto a las acciones de los profesores de la CNTE “están equivocados. Vamos a defender lo que quieren los mexicanos”. Osorio Chong mencionó que a la disidencia magisterial, que ha causado caos en la Ciudad de México, afectando a decenas de miles de personas, se le ha expuesto que en la reforma educativa está plasmado el interés de la mayoría.
 

Después de su participación en el seminario Gobernar para Transformar, que organizó el PRI, el secretario de Gobernación confirmó que tuvo un encuentro el viernes con integrantes de la CNTE y, derivado de ello, solicitó a los senadores y diputados que se reunieran con los manifestantes.

Aquellos que piensen que la impunidad va a ser la divisa en cuanto a las acciones de los profesores de la CNTE “están equivocados. No lo vamos a permitir”, advirtió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien ratificó además que no habrá marcha atrás en la reforma educativa y, a pesar de que se está privilegiando el diálogo y la concertación, “la paciencia tiene un límite”.

Para muchos el secretario Osorio Chong ya se había tardado en mostrar la postura oficial, sin embargo dice el Refranero Popular Mexicano que “nunca es tarde cuando la dicha es buena” y lo bueno de todo esto es que ya se les advirtió que no se les va a permitir más desmanes porque “la paciencia tiene un límite” y todo parece indicar que están llegando a ese límite que, una vez rebasado, dará paso a acciones más duras en su contra. Ya se les advirtió y ahora todo será producto de su “mala cabeza” y deberán, como muy bravos que dicen ser, las consecuencias de sus actos. ¿No le parece?

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Por su parte y Ante los amagos de la CNTE de radicalizar su protesta en la capital del país para hacer realidad sus “demandas injustificadas”, el presidente de la PRI, César Camacho Quiroz, sostuvo que éstos eran inaceptables e impermisibles, y que sí convendría hacer uso de la fuerza pública para desalojarlos. “El uso de la fuerza pública es una medida extrema, pero en un país democrático, cuando se observan los protocolos y los códigos que no sólo la ley, sino los instrumentos internacionales establecen, pudiera ser una opción si parece que la irracionalidad es lo que impera”, sostuvo.
César Camacho Quiroz (PRI)
 

Camacho Quiroz recalcó que el Congreso tampoco puede doblegarse ni modificar el marco legislativo que fuera aprobado para hacer realidad la reforma educativa, porque detrás de las leyes en este rubro hay “infinidad de horas de trabajo, y de escuchar no sólo a los maestros, sino a los expertos en educación, a los padres de familia. El país ni el mundo pueden girar en torno a la Coordinadora”, advirtió a los profesores, a los que el dirigente nacional priista recordó que “por encima de todo está el derecho de esos miles, millones de niños que tienen en la educación una oportunidad para la realización personal, para la adquisición de conocimientos y sumarse al ámbito productivo de este país”.

Criticó el uso de la violencia de estos maestros: “Es la antipolítica, la negación de los acuerdos, más aún cuando ha habido suficientes encuentros para explicar la trascendencia de las reformas que, por supuesto, en modo alguno afectan los derechos de los profesores”. Si los integrantes de la CNTE tensan las cosas y el ambiente disruptivo se mantiene, dijo, “pondrán al gobierno en una posición difícil, y hablo del gobierno de la ciudad, en principio, y enseguida al gobierno federal, para tomar medidas de otra naturaleza. Fueron escuchados con amplitud porque un elemento sine qua non de cualquier democracia es el diálogo. Este viernes fue un día muy difícil para quienes estamos en la Ciudad de México. Indudablemente afectó a millones de personas y creo que si revisáramos el universo de maestros en nuestro país son mucho más los que sí están frente al aula con sus alumnos trabajando, construyendo la educación todos los días para que a México le vaya bien. Son pocos los que están en las calles”.

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En alguna parte de su columna de ayer domingo en Excelsior, Pascal Beltrán del Rio menciona que…No ha sido raro en la historia de México que el Congreso haya tenido que abandonar su sede para reunirse en un lugar que le permitiese llevar a cabo su actividad.

Por ejemplo, durante la Intervención Francesa el Congreso (entonces unicameral) se disolvió antes de la llegada de las fuerzas extranjeras a la Ciudad de México, aunque la Diputación Permanente acompañó al presidente Benito Juárez en su gobierno itinerante.

Durante el último semestre de 1863, cuando San Luis Potosí fue capital del país, los diputados, presididos por Sebastián Lerdo de Tejada, se reunían en la Antigua Caja Real, un edificio barroco del siglo XVIII ubicado actualmente en la esquina de las calles de Madero y Díaz de León.

Sin embargo, nunca en tiempos de paz y democracia se había vivido una situación como la de la semana pasada, cuando ambas Cámaras del Congreso de la Unión dejaron forzadamente sus recintos oficiales para sesionar en el complejo de exposiciones Centro Banamex.

Los hechos ocurridos a partir de la noche del lunes 19, cuando miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) irrumpieron violentamente en San Lázaro, quedará en los anales de la República. Son acontecimientos vergonzosos que hablan de la incapacidad de las instituciones para procesar situaciones de apremio.

Y muestran que sólo hay dos tipos de políticos en México: aquellos que creen que todo cambio es malo y están dispuestos a llegar muy lejos para mantener las tradiciones heredadas del nacionalismo revolucionario, y quienes reconocen que las reformas son necesarias pero se evidencian como incapaces de enfrentar las situaciones derivadas del proceso de mutación del marco legal y de organización del país.

Es decir, unos no quieren y otros no pueden. En suma, no parece haber nadie dispuesto a gobernar, es decir, tomar decisiones difíciles pensando en el bienestar de la mayoría; decisiones que en ocasiones pueden ser abiertamente impopulares, especialmente en una nación conservadora como es México.

¿Pero cómo llegamos a esto? ¿Cómo es posible que una organización minoritaria violenta, que ya había trastocado e incluso paralizado la vida pública en varias entidades federativas, ahora haya hecho lo mismo en la sede de los Poderes, con consecuencias nefastas para la democracia, el Estado de derecho y la vida cotidiana de millones?

Las reformas no garantizan nada, salvo la esperanza de dejar atrás un tipo de organización que ha generado más de 50 millones de pobres. Hay quienes quieren lograr eso yendo al pasado. Hay quienes dicen, y es verdad, que el México del llamado Desarrollo Estabilizador crecía a tasas promedio de 6% anual. Y lo hizo así durante cinco sexenios, entre 1958 y 1982.

Pero el entorno internacional en el que México alcanzó esos niveles de crecimiento, nacional y per cápita, ha dejado de existir. Vivimos hoy en una sociedad postindustrial, y entre las cosas que han ocasionado el pernicioso estancamiento de la economía mexicana desde hace 30 años —además de la corrupción— está la incapacidad de reconocer las transformaciones mundiales. México no se preparó para lo que venía. Una buena parte de los mexicanos sigue añorando el tiempo en que el Estado garantizaba lo esencial y lo demás dependía del esfuerzo individual.

Es un modelo posible, sin duda, pero las condiciones en las que se fundó aquel sistema de bienestar hace mucho que se extinguieron. Tomemos el ejemplo del Seguro Social. De 1970 a 2010, la población de más de 60 años pasó de tres millones a más de diez millones, mientras que el número de cotizantes que financian a cada pensionado del IMSS ha disminuido de 14, en 1973, a cinco actualmente. Y esa situación sólo va a empeorar.

El PRI terminó por ceder la Presidencia en 2000, pero muchas de las organizaciones que hicieron posible la existencia del régimen populista autoritario continuaron existiendo. Algunas de ellas se mantuvieron bajo el control de gobiernos estatales priistas; otras rompieron con el tricolor y coquetearon con partidos políticos distintos; unas más encontraron en la independencia la mejor forma de negociar con gobiernos de distinto signo político. Y nadie se hizo cargo del cambio, que entre otras cosas significaba empoderar al ciudadano.

El PAN en Los Pinos hizo su mejor esfuerzo por calcar el estilo priista de gobernar. El primer panista secretario del Trabajo ensalzó la memoria de Fidel Velázquez; a Elba Esther Gordillo la convirtieron en la favorita de Palacio, y el PAN incluso trató de crear su propia central campesina, etcétera. Pero ya sabemos: el original siempre supera a la copia. Eso incidió en que no se desencadenara el cambio cultural necesario para que México dejara atrás la idea de que el Estado de bienestar del priato es una especie de paraíso perdido. Y surgieron los guías morales que prometían devolver al pueblo la leche y la miel que los neoliberales le habían arrebatado.

La CNTE es una de esas criaturas del pasado. De allí viene y allá quiere regresar. Nació en Chiapas a fines de los años 70 para combatir el caciquismo del SNTE pero sobre todo para protestar contra las distorsiones que los giros de la economía mundial provocaban en el magisterio, un gremio que había sido sinónimo de seguridad laboral.

La CNTE añora el tiempo en que el Estado (burgués) podía darle una plaza de maestro a todo el que la deseara y jurara fidelidad a la organización. Pero como ya no necesita vender su lealtad a cambio de votos, pues ha encontrado en la violencia el medio para obtener lo que quiere. Su propósito es extraer rentas del Estado. Como el viejo PRI, utiliza un discurso revolucionario (marxista, en este caso) para mantener cohesionada a su militancia. Quiere controlar las escuelas normales para asegurar que quienes egresen de ellas tengan una plaza automática de maestro, aunque carezca de la capacidad de impartir la enseñanza. El Estado mexicano no debería ceder ante tales pretensiones… y sin embargo la semana pasada lo hizo.

La CNTE ya logró sacar a los diputados y senadores de sus recintos y ahora quiere obligarlos, como en Guerrero, a que echen abajo leyes que, por cierto, apenas rozan los cambios que necesita el país en materia educativa. Es difícil que la reforma en curso ponga en las aulas a los mejores maestros en el corto plazo, pero ya es un paso en la ruta de los cambios que México requiere para adaptarse al entorno mundial. Renunciar incluso a ese tenue proceso de reforma sería trágico. Es normal que los cambios produzcan sacudidas de quienes se sienten desplazados o prefieren el statu quo, pero para que los cambios sucedan se necesitan líderes con arrojo y tesón dispuestos a conducirlos.

Que los manifestantes se manifiesten, pero que los gobernantes gobiernen. La semana pasada, la clase política mexicana corrió o metió la cabeza en la arena ante la embestida de la CNTE. Con ello ha embravecido a quienes quieren intentar, por la ruta de la violencia, un retorno imposible al pasado. El viernes, ante el azoro de los capitalinos pero también del resto del mundo, la CNTE bloqueó el camino al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Y no lo dude usted: seguirá adelante en sus pretensiones mientras no aparezca alguien dispuesto a doblegarla mediante la verdadera negociación política, no la “prudencia” timorata ni los “diálogos” ante las cámaras de televisión ni el recurso fácil del soborno, o con la ley en la mano.

-Oye carnalito ¿y estos “maistros” no tienen hijos en las escuelas?

-¡Pos claro que sí! Y eso es lo más grave porque ¿esto es lo que les enseñan a sus hijos? ¿a ser vándalos? ¿flojos? ¿crecerán ignorantes por no ir a clases? ¿éste es el país que nos merecemos? Ora sí que stán cabrones y hay que pararlos a como dé lugar.

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Así las cosas mejor aquí le paramos, nos vemos mañana (hoy tengo que ir a protestar por las protestas de los maestros) hora y lugar de costumbre cuando tengamos un número más de EL AJUSTE DE CUENTOS pero ahora por favor y sin protestar ¡ya váyase a trabajar! ¿no le parece? recuerde que usted no es “maistro” y no tiene porqué protestar.  

 

 

 

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